El sábado fue una noche de cuentos. Sí, porque la pasamos entre magos y fantasmas y porque tuvimos que echarle un poco de cuento también. A primera hora de la tarde nos fuimos a Alcobendas, donde actuaba una gran amiga nuestra y que además es una grandísima maga, y un poco bruja también: la gran Estheruka.
Pues llegamos a eso de las 17.30 al centro donde tenía lugar la actuación, prevista para media hora más tarde. Y cuál fue nuestro asombro, que al llegar a la taquilla nos dijeron que se habían agotado las entradas.
Explicamos a la taquillera que íbamos para ver a una amiga y que no podíamos ir a la siguiente sesión, que nos dejara comprar una entrada aunque fuera para ver el espectáculo de pie en el pasillo. La taquillera nos contestó que negociáramos con el portero.
El portero dijo que nanai, que aquello tenía un aforo limitado y que si se habían vendido todas las entradas no podía hacer nada. Sin embargo, en un momento nos hizo una mueca y nos dijo: “esperaos un poco”. Cuando ya no quedaron moros en la costa nos invitó a pasar por una puerta alternativa y bajar unas escaleras que daban a unos servicios y entrar por otra puerta al salón de actos donde se celebraba el espectáculo. “Yo no os he dicho nada”, apostilló.
Muy agradecidos por sus indicaciones hicimos lo propio pero al llegar al salón de actos, no quedaba ni una butaca vacía y vino un hombre a decirnos amablemente que abandonáramos el salón, que allí no podíamos estar de pie. Le explicamos que íbamos a ver a una amiga y que era la segunda en el orden de actuación. Tras mirar las sinceras expresiones que se mostraban en nuestros rostros el hombre accedió a que nos quedáramos con la condición de que nos fuéramos una vez concluyera la actuación de Estheruka.
Estheruka es una maga magnífica y logra alucinarnos a todos con sus prestidigitaciones, a niños y mayores. Con su varita mágica hizo que la carta que había elegido un espectador fuera la única carta roja entre varias; consiguió que un niño pescara un pulpo gigante en forma de carta con una cuerda dentro de una chistera que hacía las veces de océano; y lo más impresionante, guardó un dado gigante en una caja y luego hizo que apareciera en su chistera, al otro lado del escenario, sin tocar nada.
Tras su actuación, nos marchamos como habíamos prometido, que somos gente de bien. Por cierto, antes de ella actuó Iván Mora, muy bueno y muy gracioso. El único pero es que todos los que estudian en la Escuela de Magia de Ana Tamariz hacen los juegos como Juan Tamariz, contando, incluso, los mismos chistes. Imagino que con el tiempo cada uno va encontrando su sitio y desarrollando su propia personalidad.
3 Fantasmas y no está Iker
Y por la noche nos fuimos a ver fantasmas, pero sin Iker Jiménez. Primero estuvimos viendo a los fantasmas del Calderón (¡qué bien! Otra jornada a huevo desperdiciada) y luego nos metimos en el Neu! Club a ver la actuación de Fantasma 3.
Ya sabéis que Fantasma 3 es el proyecto que crearon una noche de borrachera Julio de la Rosa, Pau Roca y Sergio Vinadé. El disco, “Los amores ridículos”, me gusta mucho, aunque creo que tira más hacia el universo “delarrosiano”, que al “habitacionero” o al de Tachenko. Y tenía mucha curiosidad por ver cómo sería la conjugación de estos tres artistas en el escenario.
La puesta en escena era sobria, pero cuidada en los detalles. Tres lamparitas de sobremesa adornaban distintos puntos del escenario otorgándole una cierta calidez y un ambiente de estar en el salón de casa. Botellas de cerveza y un paraguas eran los otros detalles que conformaban el cuadro.
Al fondo el batería de Tachenko (cuyo nombre no recuerdo ahora); a la izquierda del escenario (viéndolo desde el público), Pau a la guitarra; a la derecha, Julio a la guitarra; al frente, Sergio al bajo.
La verdad es que el experimento les ha quedado muy bien. Suenan fenomenal aunque ellos piensen que les “falta rodaje”, como así me dijo Sergio al final. Suenan compactos y las tres voces empastan fenomenal.
Interpretaron todo el disco y para los bises, ¿qué hacer? Pues unas versiones, pero no de cualquiera. Versionearon a De la Rosa, La Habitación Roja y Tachenko. En primer lugar tocaron “El monstruo nunca duerme”, mi canción favorita de la carrera de Julio, ya fuera en El Hombre Burbuja o en solitario.
A continuación, “Largometraje”, otra de mis favoritas de La Habitación Roja, si no es la primera. “El monstruo nunca duerme” la cantó el propio Julio y la verdad es que sonaba bastante fiel a la original, aunque se notaban las variaciones en la guitarra. Pero “Largometraje” se adaptó perfectamente al estilo de Fantasma 3. Le dieron un tono más lánguido, a lo que ayuda también la voz de Julio, que fue quien interpretó el tema.
Para cerrar el programa de esa noche tocaron “El tiempo en los Urales”, incluida en el EP del mismo título de Tachenko. En este caso, la guitarra de Pau sonó mucho más afilada que en el original, dando una nueva dimensión al tema. Quizás también hubiera sido más distinta si la hubiera cantado Julio, al igual que Sergio podía haber hecho “El monstruo nunca duerme”.
En conclusión, el concierto estuvo genial, me encantaron las guitarras de Pau, la sala estaba bastante llena y fue una muy buena velada. Ahora, a esperar a pillarles para tenerles en el programa.