viernes, mayo 18, 2012

Amateur Night en el Apollo

El miércoles es el día señalado para una función muy especial en el mítico Apollo Theater, recinto sagrado para la música cuyo escenario han pisado los más grandes de la música norteamericana.

Es entonces cuando la calle 125 del barrio neoyorquino de Harlem -otrora peligroso e inhóspito para el turista no avezado- se llena de caras nuevas dispuestas a vivir probablemente su primera experiencia dentro de este templo del rock, el soul, el blues y el jazz.

Pero no vienen a ver a artistas consagrados, sino a futuras promesas, en lo que se conoce como la noche aficionada (o "amateur night", que siempre suena mejor).

La velada tiene todos los ingredientes para no decaer en ningún momento. Primero un Dj ameniza los minutos previos hasta que el reloj alcanza las siete y media de la tarde, hora prevista para el comienzo del espectáculo.

Tras ello hay varios bloques en los que, primero un cantante y después el presentador de la gala calientan al respetable ante lo que está a punto de llegar. Es este último, conocido artísticamente como Capone, quien tirando de tablas y humor -en ocasiones despiadado con la calidad de los concursantes-, explica la mecánica de la noche: el público decide el ganador y tiene la potestad también de dar por prematuramente finalizada una actuación simplemente abucheando aquello que no le guste (siempre que sea algo consensuado por la mayoría de la sala, no vale que sean tres o cuatro los alborotadores).

También hay momento para rememorar la historia de este recinto y de algunas de sus curiosas tradiciones, como la del trozo de árbol que preside una de sus esquinas y que todo aquel que actúa sobre este mítico escenario debe frotar con su mano en busca de buena suerte.

Y llega la hora de los participantes, primero con un tramo de promesas infantiles y juveniles (en este apartado no se puede abuchear para no crear traumas venideros, claro) y después el turno de los mayores, ya expuestos al escarnio del respetable (aunque en la velada en cuestión ninguno de los contendientes sufrió la humillación de ser "invitado" a finalizar su número, aunque faltó poco para que uno de ellos, de voz en exceso atiplada, se viera en tal tesitura).

En el otro extremo, el ganador de la noche fue un tal Kyle Rifkin, por si alguien quiere seguirle la pista. Aquí, en un momento de la canción que interpretó.


Y tras esta primera "amateur night" y con Harlem sumido en la noche, nada mejor que pasarse por el cercano Sylvia's para continuar con la visita a lugares míticos de la escena soul, en este caso de índole gastronómica.

miércoles, mayo 09, 2012

Daniel Johnston y los patos del espacio

Que la trayectoria vital y artística de Daniel Johnston no es la de un músico convencional es algo que no se le escapa a quien conozca un poco de su historia personal (y a quien su nombre no le suene, tiene la gran oportunidad de descubrirle en el magnífico documental "The devil and Daniel Johnston").

Con tantos altos y bajos, aparenta el aspecto de un ser frágil y huidizo al que dan ganas de abrazar, si ello es posible de conseguir sorteando su oronda barriga. Hace no mucho que visitaba España y días después se le pudo ver por Nueva York.

Por la noche, dejando un par de canciones en una fiesta promovida por el festival del Museo del Cómic de esta ciudad, y en la jornada posterior protagonizando una conversación en el mismo evento. El motivo, que acaba de salir publicado su debut como historietista: "Space ducks".


Fueron unos minutos en los que confesó que dibujar le sirve de terapia y que es capaz hacerlo "todo el día". También que fue su hermano quien le animó a realizar este cómic y tiene en mente una posible secuela. Aunque lo que de verdad le gustaría hacer es una historia protagonizada por sus dos personajes favoritos: el Capitán América y Cásper. Algo que en su mente cobra absoluto sentido.

La velada se completó con el estreno en directo de una canción basada en el cómic.


Bendito espíritu naif.

miércoles, mayo 02, 2012

Guitar Army

Con motivo del Día del Trabajador el guitarrista de Rage Against the Machine, Tom Morello, ha capitaneado una particular tropa en Nueva York. Un Guitar Army que ha quedado muy lejos de los 10.000 efectivos que se marcaba. Aunque a los que han acudido no se les puede reprochar nada.


Ojalá todos los ejércitos exhibieran instrumentos en vez de armas y canciones en lugar de municiones. 

Y de paso, contagiaran el optimismo a todos los presentes con canciones tan pegadizas.