Otra Eurovisión es posible


Al parecer, en la pérfida Albión están barajando la posibilidad de que el mismísimo Morrisey represente a Reino Unido en el certamen de este nuevo año o de que, al menos, sea el compositor del tema con el que compitan.

Lo mejor del caso es que fue el propio artista quien lanzó el reto, al ser cuestionado acerca de la mala clasificación que obtuvo el candidato presentado por su país en 2006.

Aparte de que la aspiración del ex líder de los Smiths pueda resultar controvertida (personalmente creo que dado su actual estatus de divo y estrellona no desentonaría, aunque habría que ver si allí también se atreve a rasgarse la camisa como en el FIB), resulta inevitable imaginar si algo parecido podría ocurrir aquí.

Cierto es que ya ha habido algún experimento alternativo por estas tierras, como cuando Astrud optó a representar a Andorra en 2004 con el tema "Es que sí", aunque finalmente no fueron los elegidos.

Salvo esta excepción, y a no ser de que consideremos indies las participaciones de Raphael, Julio Iglesias o Massiel (no en vano, su archifamoso "la, la, la" ha estado en boca de Brett Anderson en más de un estribillo), los métodos patrios de reclutar participante eurovisivo siguen siendo tirar del penúltimo triunfito de moda o hacer una gala casposa en la televisión pública.

[Gala que justamente ha sido puesta en marcha esta semana en sus fases preliminares y en la que en el primero de los días han competido unos tal Póker, una suerte de Kiss a la española (comparten con éstos la afición por las caras pintadas), sin duda nuestra respuesta a los no menos bizarros ganadores de 2006: los finlandeses Lordi].

Vaya desde aquí por tanto el envite a todos aquellos grupos que crean que siguen vetados en el ahora comercial y devaluado certamen europeísta. Si Reino Unido puede llevar a Morrisey, ¿por qué nosotros no podemos contratacar con un proyecto a la altura? Se admiten candidatos.

(No me resisto a recordar aquellos tiempos del "la, la, la", un himno de la historia del pop español).