lunes, octubre 29, 2007

Con sabor a despedida

"Somos Héroes del Silencio. No se olviden. Hasta siempre". Estas palabras sonaban a epitafio. Las pronunciaba Enrique Bunbury, el mismo que algo más de dos horas y media antes daba por primera vez las noches, impactado ante la marea humana congregada en Cheste: "increíble, no veo al último".

Y era cierto. Las previsiones apuntaban a más de 80.000 asistentes y no fallaron. Aquello era lo más parecido a un festival tipo Benicassim, solo que multiplicado por dos y con un único grupo en el cartel.

"Hoy es el último concierto de Héroes del Silencio". Esto también se sabía de antemano, aunque el propio Bunbury se encargó de disipar las dudas sobre el escenario. Y eso también se trasladó al directo que dieron.

Intenso, con guiños al público aunque no excesivamente locuaz, a Bunbury se le vio muy centrado en su cometido durante todo el concierto. La voz no le jugó malas pasadas en esta ocasión y hasta se permitió algún adorno en forma de agudos aullidos finales en "Nuestros nombres".

El resto de la banda tampoco fue ajeno, con especial mención al "maestro" Juan Valdivia a la guitarra. Es difícil saber cómo está su relación con Bunbury, pero muchos detalles están pensados para limar asperezas: el concierto se inicia con ambos en las pantallas durante los primeros acordes de "El estanque" y termina con ellos dos sentados en el escenario al principio de cerrar con "En brazos de la fiebre".


El repertorio fue el manejado durante la gira, con alguna aportación más. Incluyeron "Despertar" en el set que hacen en el escenario metido entre la gente y "Bendecida" con respecto al segundo día en Zaragoza.

La pólvora final, no podía ser de otra forma, también duró el triple. Una vez apagados los ecos de la pirotecnia, empezó a sonar por altavoces "Like a Rolling Stone". Todo el público sabía entonces que acababa de asistir a un concierto que ya es leyenda.

Parte de incidencias

Reunir a más de 80.000 personas en un recinto y esperar que todo transcurra con normalidad no es tarea fácil. Pero si además añadimos deficiencias en los accesos, la cuestión ya se convierte en una quimera.

Tanto la llegada como, sobre todo, la salida del circuito Ricardo Tormo de Cheste se convirtió en una cuestión que puso en serio peligro el orden público y la seguridad de los asistentes. Por no hablar de los que directamente no llegaron a tiempo al concierto.

Viendo este panorama, me puedo considerar afortunado. No tuve problemas en acceder al recinto, claro que llegando más de cuatro horas antes del inicio, y "solo" tardé dos horas y media en salir del aparcamiento y tomar la autovía, "gracias" principalmente a que parte de los asistentes comenzaron a derribar vallas para que los coches salieran de aquella ratonera de proporciones bíblicas.

Tenemos la suerte de asistir a conciertos de Primera, pero una vez más se confirma que el diseño, infraestructuras y organización de muchos eventos siguen siendo tercermundistas.

viernes, octubre 26, 2007

La última oportunidad


Me cuentan que el concierto de Héroes del Silencio en Sevilla fue espectacular. Bunbury estuvo mejor de voz aunque aún arrastra las últimas consecuencias del inoportuno catarro que pilló en el avión de vuelta de México y que le ha tenido renqueante durante la parte de la gira que ha transcurrido en España.

El set fue prácticamente el mismo que en La Romareda, salvo por la inclusión de tres temas: “Flor venenosa”, “Bendecida” y “Despertar”. Este último tema no lo habían interpretado antes en ningún concierto de la gira.

El sábado es el último concierto. Será en el Circuito de Velocidad Ricardo Tormo de Cheste (Valencia). Se esperan 90.000 personas y tiene pinta de que puede ser apoteósico. Aún quedan unas 10.000 entradas por venderse así que si te gustan Héroes del Silencio y no has podido verles todavía en los anteriores conciertos de esta gira, no te lo pienses.

martes, octubre 23, 2007

Ya van 222

Sí, ya hemos alcanzado las 222 ediciones de La Hora de Xavi y Pac. Que cifra tan bonita, ¿verdad? Y aunque a mí se me vaya la cabeza de vez en cuando y de un plumazo descuente un centenar de programas, lo cierto es que ya tenemos los tres patitos.

Y para celebrarlo nos pegamos un gustazo: tuvimos la visita en nuestros estudios de Jet Lag, que vinieron a presentar el que es nuestro disco nacional del mes: "Forever". Además, nos regalaron dos temas en acústico que sonaron la mar de bien y que podéis comprobar escuchando el programa, que ya está colgado en Supernovapop.

Nos falló la conexión telefónica con Madee, que eran los otros invitados, pero lo resolvimos repasando las últimas novedades nacionales e internacionales que nos han llegado, incluido también nuestro disco internacional del mes, que firman The Mary Onettes con su homónimo álbum de debut.

domingo, octubre 21, 2007

Se ha ido un grande

Aún me cuesta creerlo, pero es cierto. Un mensaje de móvil al poco del recién estrenado domingo me informaba de la triste noticia: había fallecido Juan Antonio Cebrián.

Puede que a muchos el nombre no les suene, pero el hueco que deja será irreparable. José Antonio era el responsable de uno de los mejores programas de radio que ha habido nunca en este país: "La Rosa de los Vientos", en Onda Cero.

Nadie como él supo aunar secciones de actualidad, investigación, misterio, historia, cine... y hacerlo de forma amena y altamente didáctica. Eso es radio de calidad, todo ello con la firma personal de una voz creada para hablar por un micrófono.

No quiero caer en tópicos. Desde aquí, el más sincero pésame para todos los que le conocieron de cerca y un recuerdo. Descanse en paz.

jueves, octubre 18, 2007

Los bigotes de Jugoplastika


Ayer había una cita ineludible en la sala Moby Dick de Madrid. Tocaban nuestros amigos de Jugoplastika, quienes son unos defensores a ultranza de un elemento tan masculino como el bigote. Y en la reivindicación de que todo gallardo español que se precie debe llevar mostacho, ayer llevaron a cabo una propuesta sin igual: un bigote, una camiseta.

A todos los que se pasaran por Moby Dick con bigote incorporado le regalaban una camiseta, fueran hombres o mujeres. Solo se requería llevar bigote. Y casi se quedaron sin existencias... lo que me hizo desconfiar de las féminas españolas o, por lo menos, de las seguidoras de Jugoplastika.

Pero a lo que iba, los Jugoplastika se están haciendo mayores. Se dejan bigote y su música lo nota. Aprovecharon para presentar nuevas canciones y ojito a lo que está por venir. Suenan mucho más contundentes, agresivos, atronadores por momentos. Se nos han vuelto muy cañeros y los nuevos temas tienen muy buena pinta.

Hemos tenido ocasión de estrenar "Polonice" en el programa en formato maqueta, tal y como la grabaron hace meses con Paco Loco, con quien bajarán en noviembre a rematar la faena, pero hay un par de canciones nuevas que tiene toda la pinta de enganchar al público a la primera.

Tengo ganas de escuchar el nuevo disco de Jugoplastika, a los que habrá que empezar a seguir aún más de cerca.

lunes, octubre 15, 2007

Más videos

Cuando escribí el post del concierto de Héroes del Silencio no encontré videos del concierto del 12 de Octubre, que el que asistimos. Hoy he encontrado más en la red y no me resisto a colgarlos.

Intro + El Estanque



La Herida (bien cerquita)



Avalancha



Y ahora lanzo un llamamiento a la participación de nuestros lectores, aunque como siempre, volveréis a demostrar vuestra timidez. Héroes del Silencio interpretó más de una veintena de canciones en el concierto del viernes pasado pero en nuestra opinión, quedaron temas en el tintero. Estoy seguro de que para todos, fuera el concierto que fuera al que asististéis, dejaron sin tocar algún tema.

¿Qué tema te hubiera gustado que tocaran y no hicieron?

Os invito a que nos déis a conocer vuestra opinión

domingo, octubre 14, 2007

Maldito duende


Once años habían pasado desde aquel concierto que vimos en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid. Aquel concierto de presentación de “Avalancha”, el que sería último disco de estudio de Héroes del Silencio, fue todo un fogonazo de rock directo a nuestras almas y nos dejó completamente extasiados.

Once años después, esta vez en el estadio de La Romareda, nos deleitaban con un auténtico espectáculo digno de las grandes bandas. El pasado viernes 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar y día grande de las fiestas de Zaragoza, Héroes del Silencio reescribían su leyenda.

“Gracias por hacernos grandes” dijo en un momento del concierto Enrique Bunbury dirigiéndose a las 40.000 personas que poblaban el estadio maño. Y de verdad que demostraron con el concierto del viernes ser una de las bandas más grandes de la historia del rock español.

La expectación que había levantado esta gira de diez conciertos por todo el mundo de Héroes del Silencio diez años después de su separación era tremenda. Entradas agotadas a las pocas horas de ponerse a la venta hace meses y magníficos comentarios sobre sus conciertos en Latinoamérica. El público español los esperaba con ganas.

Lleno en La Romareda dos días en una semana. El miércoles dieron su primer concierto en España con éxito absoluto, según lo leído en las crónicas. El viernes nos tocó comprobarlo. Sí, son grandes. Demostraron estar en plena forma y dieron un concierto brillante. La ejecución fue casi perfecta y tan solo cabría lamentar unos pequeños problemas en la voz de Bunbury por culpa de un catarro que le impedía llegar a ciertos tonos. Aún así, cantó como Dios, con una voz portentosa y una personalidad única.

Puntuales

A las 20.58 se apagaban las luces de La Romareda y comenzaban a sonar los acordes de “Song to the siren”, el tema que siempre abría los conciertos de la banda zaragozana. Todo el público gritaba enfervorecido, llegaban los nervios, la emoción… llegaban los Héroes del Silencio.

Cuatro enormes pantallas con el anagrama del grupo en rojo y negro presidían un enorme escenario propio de los grandes eventos. Acaba la canción introductoria, en las pantallas aparecieron imágenes de agua y en dos de ellas dos sombras… El público estalló en vítores. Era fácil reconocer las siluetas: en primer lugar, al frente, con guitarra de doce cuerdas, la figura de Enrique Bunbury. A su derecha (visto de frente desde el público), Juan Valdivia. Sonando, los acordes del primer tema del concierto: “El Estanque”.

Las pantallas se elevaron hasta lo más alto del escenario y aparecieron los cuatro héroes acompañados para esta gira de Gonzalo Valdivia como segundo guitarrista.

El inicio de la actuación fue toda una declaración de intenciones. Era un concierto para fans, para nostálgicos, y el grupo dejaba claro que recuperaría muchas de las canciones más antiguas que poco hueco encontraban en los sets de sus giras pasadas.

“Deshacer el mundo”, tema que abría su última gira, fue la canción que sonó en segundo lugar y a ella siguieron “Maradentro”, “La Carta” y “Agosto”. Bunbury estaba relajado y bastante comunicativo, buscando la conexión con el público. Hace ya años que perdió esa pose de estrella del rock para ser una auténtica estrella.

Primer momentazo

“Veo que vienen bien de voz. Vamos Zaragoza, la siguiente canción se la saben todos, no defrauden”, espetó el cantante a un público que no había parado de corear todas las canciones desde el primer acorde del concierto justo cuando la banda iba a interpretar la que podríamos calificar como el primer punto de inflexión del concierto. Llegaba “La Sirena Varada”.

Tras dar las gracias repetidas veces a su público, Bunbury les preguntaba si estaban bien, si querían algo más… “Qué les pedirían al alcalde, a la Pilarica, a alguien que tuviera algo de poder para que esta noche fuera aún mejor… Un porrito dicen por ahí…”. Así fue la introducción a “Opio”, segundo tema del “Avalancha” que interpretaban en directo y tras el que procedió a presentar al grupo, “aunque muchos de ustedes nos conocen de sobra pero por si hay algún despitadillo”, dijo.

El público respondió con cálidos aplausos a cada una de las presentaciones: Pedro Andreu a la batería, “el último cherokee” Joaquín Cardiel en el bajo y Gonzalo Valdivia a la guitarra… Pero fue cuando presentó a su hermano, al “maestro” de la guitarra, cuando el estadio casi se viene abajo. Sin duda Juan Valdivia fue el más aplaudido, aunque quizás porque Enrique no se autopresentó…

Según fue anunciando a cada uno de sus compañeros iban adelantándose por una pasarela hasta llegar a un pequeño escenario metido entre el mar de gargantas que abarrotaban el césped de La Romareda, en una suerte de “momento íntimo”.

“La Herida” y “Fuente Esperanza” fueron los primeros temas en esa nueva localización, que además precedieron a un pequeño descanso. Cuarenta minutos habían pasado ya cuando Enrique tuvo que hacer una pequeña pausa. Un inoportuno catarro que le llegó tras el primer concierto en Zaragoza le empezó a afectar a la voz y, tras pedir disculpas, tuvo que tomarse cinco minutos de descanso. Volvieron pronto y continuaron con el concierto, con la ayuda del público en muchos momentos donde Enrique les cedía el micro.

“Apuesta por el Rock and Roll”, “Héroe de Leyenda” –buenísima y emocionante- y “Con Nombre de Guerra” hacen que el público olvide rápidamente el pequeño parón y vuelva a entrar de lleno en el concierto.

En este momento cayó un tema que nos sorprendió mucho su elección pero que nos alegró sobremanera. Seguían echando la vista muy atrás “recuperando viejos temas”, y llegó “No Más Lágrimas”, que logró emocionar a más de uno.

Los hits

Íbamos camino de cumplir la hora y media de concierto y empezaban a salir los grandes hits de la banda aragonesa. Otro de los puntos álgidos del concierto llegó cuando el bajo de Cardiel soltaba al aire el rotundo inicio de “Nuestros Nombres”, a la que seguirían “El Mar no Cesa” y otro de esos temas fácilmente reconocibles, con intros que llegan a poner el vello de punta cuando uno sabe lo que se avecina. Era el momento de Valdivia, era el momento de “Entre Dos Tierras”. En la mini encuesta que realizamos un día después, con la cabeza ya algo más fría, este tema fue uno de los señalados como “el momento del concierto”.

Y tras el deleite de la guitarra de Valdivia llegaba la apoteosis final: “Maldito Duende” e “Iberia Sumergida” precedieron a la última canción de la primera parte del set. “¿Están preparados para la última?”, preguntó Enrique el público incansable y ávido por escuchar el resto de temas de la discografía de Héroes que aún restaban por sonar. “¡No!”, se oyó como respuesta. “¿Eso quiere decir que prefieren que nos marchemos ya sin tocar la última?”, volvió a preguntar. “¡No!” fue de nuevo la respuesta. “No quieren que nos marchemos, ¿es que no tienen casa?”, espetó Bunbury de nuevo recibiendo una tercera negativa tan rotunda como las anteriores por respuesta. Y replicó: “¿Están preparados para la Avanlanchaaaaaa?”

Las avalanchas se sucedieron en los estribillos del tema que daba título al último disco de estudio de Héroes y que servía para cerrar una primera parte del concierto que había durado 1 hora 52 minutos.

Los bises

Se marcharon dando las gracias pero no se movía ni un alma de La Romareda. La gente necesitaba más dosis de Héroes. Habían pasado once años desde la última vez que se les pudo ver en directo y no podían creer que ya se hubiera terminado todo.

Como era de esperar, volvieron a escena. Enrique aprovechó el intermedio para cambiarse la camiseta negra con el logo de Héroes que lucía por un chaleco de cuero negro que cubría su pecho y que al que suscribe le recordaba la imagen de Bono en los 80.

“Oración” y la contundente “Tumbas de Sal” fueron las elegidas para abrir los bises que se cerraban con otro de los “momentos del concierto”, en opinión de los encuestados. Enrique volvía a pedir la colaboración primero de los técnicos de luces para que dejaran el escenario lo más oscuro posible, “ahora el protagonismo es del público”, y después de la audiencia, a la que pidió que llenara de estrellas todo el estadio.

Un mar de mecheros y teléfonos móviles convirtieron La Romareda en el particular cielo de Héroes del Silencio preparado para recibir “La Chispa Adecuada”. El tema concluyó muy emotivamente con el lanzamiento de confeti plateado, al modo de pequeñas estrellas.

Rebises

Volvieron a despedirse. Pero la gente quería más. Y hubo rebis. Aún quedaba que los cuatro maños regalaran su “Tesoro” a “toda esa gente que vino de Madrid, a la que vino de Andalucía, a los de Levante y a nuestros hermanos de Zaragoza”, como dijo Bunbury en otro momento de agradecimientos durante el concierto. Las “Malas Intenciones” de los aragoneses dieron paso el final, esta vez de verdad, del concierto con otro de los temas de “Avalancha”.

Con Juan Valdivia y Enrique Bunbury sentados al borde del escenario comenzaban a sonar los primeros acordes de “En los Brazos de la Fiebre”, canción con la que se despedirían definitivamente de su público y de una noche absolutamente mágica, tanto, que a Enrique le costaba abandonar el escenario despidiéndose con los brazos en alto, después de haber iluminado foco en mano a su compañero Valdivia y al público, al más puro estilo "Rattle and Hum".


"En los brazos de la fiebre", Los Ángeles

Una lluvia de fuegos artificiales puso el colofón a un auténtico espectáculo de rock and roll, solo al alcance de las grandes bandas. Y ya con las luces encendidas salimos rodando al son de “Like a Rolling Stone” de Dylan hacia los aledaños de La Romareda, sucumbidos por el éxtasis de lo vivido durante las dos horas y media precedentes.

Os dejamos unos vídeos:

"Maldito Duende", Zaragoza, 10 de octubre



"Opio", México DF, 4 de octubre



Solo quedan dos citas más para verles en directo. El sábado tocarán en el estadio olímpico de La Cartuja en Sevilla y la próxima semana lo harán en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia).

miércoles, octubre 10, 2007

martes, octubre 09, 2007

Colgado


Desde ayer tenéis colgado en Supernovapop el programa del pasado viernes. Los protagonistas del mismo fueron The Mary Onettes, de los que hablamos en la entrada anterior.

Los suecos nos cautivaron con su disco y su directo y por eso los hemos elegido como nuestro disco internacional destacado del mes. Cuando pasaron por nuestro país presentando su álbum de debut les grabamos una entrevista que emitimos en este programa.

También hacemos un repaso a otras novedades internacionales, nacionales y la agenda de conciertos para las próximas dos semanas... porque nos vamos de puente.

Y damos la bienvenida a nuestro nuevo disco nacional del mes: "Forever", la última entrega de Jet Lag.

martes, octubre 02, 2007

La (pen)última sensación sueca


Hasta hace poco parecía que lo de sacar nuevas bandas que encandilaran al público en sus primeras apariciones era exclusividad de los británicos. Pero las cosas han cambiado y un país nórdico como Suecia nos sorprende cada vez más a menudo con algún que otro proyecto de interés.

A ello también contribuyen gente como nuestras amigas de Fikasound, empeñadas en hacer llegar a todo el mundo por estos lares las excelencias de las bandas suecas. La última ha sido The Mary Onettes.

Estos músicos oriundos de una pequeña localidad cercana a Gotemburgo han visitado los últimos días nuestro país presentando las canciones de su homónimo debut. Y lo han hecho triunfando, como en la actuación del miércoles 26 en la madrileña sala Moby Dick.

El concierto despertó una expectación inusitada, prueba de ello fueron las largas colas en la calle y que se llegaran a agotar todas las entradas. Todo ello para ver a este cuarteto, reforzado con un miembro más al teclado para los directos, que al contrario que otros compatriotas no apuestan por el pop luminoso (véase por ejemplo Acid House Kings) sino por el oscurantismo de corte ochentero.

Y es que es innegable el poso de bandas como The Cure, The Jesus & Mary Chain, Echo & The Bunnymen o New Order en su música, algo de lo que ni ellos mismos reniegan, como nos confesaron en una entrevista que emitiremos en breve en el programa.

Todo ello queda reflejado en su directo, en el que repasan canciones de su primer disco y algunas otras que aparecen en EP's anteriores. Habrá que seguirles la pista, porque en su repertorio ya asoma más de un tema redondo: "Void", "The companion", "Pleasure songs" o "Lost" son un buen ejemplo de ello.

Un único pero. Menos de una hora de concierto, aunque debemos estar satisfechos: como confesaba el vocalista y compositor Philip Ekström , en Suecia suelen marcharse después de la sexta canción. Están locos estos suecos...