lunes, julio 23, 2007

Por fin



Rematamos ya la faena, o mejor dicho, casi, de las crónicas del FIB. Ha costado, pero con tanto viaje últimamente y el calor que ha hecho, se ponía complicado lo de sentarse delante del ordenador para escribir.

Digo que casi queda rematada la faena porque las crónicas de Martí Perarnau y de Luis Villoslada se están haciendo esperar más de la cuenta. Igual nos quedamos sin ellas y, por tanto, os quedaréis sin saber otras opiniones sobre el festival y, especialmente, las crónicas de los conciertos de Bright Eyes, Calexico y Wilco. Qué le vamos a hacer.

Llegamos ya al final. Es domingo y última jornada del FIB. La verdad es que a estas alturas, las horas de conciertos, fútbol, arroces, intentos de ligoteo, etc, van pasando factura.

Lo primero que hicimos el domingo nada más levantarnos el amigo L.V. y un servidor fue aprovechar nuestra última mañana en Benicássim para pegarnos un último baño en la playa.

Y por la tarde, prácticamente nada más comer, empezábamos a prepararnos para acudir al recinto. The Pipettes tocaban a las 17.30 en el escenario Fiberfib y tenía muchas ganas de verlas, después de todo lo bueno que había escuchado sobre ellas. La verdad es que ni fu ni fa. Sobre el escenario, las tres pipettes se van intercambiando su posición ante los micrófonos según quién lleve la voz cantante, enfundadas en vestidos blancos con "topitos" negros. Están bien... pero para un ratín. Al cuarto de hora ya me había cansado de ese aire retro a lo "Grease" y me marché a dar una vuelta por el desangeladísimo mercadillo del festival.

El mercadillo del festival este año ha sido lo más triste que recuerdo en mucho tiempo, sin casi stands de sellos y con muy poca cosa de interés. Qué triste. Para lo que había podían haberlo quitado. No sé si esto es reflejo de lo caro que está el metro cuadrado en el FIB o de eso sumado a los pocos discos que se venden, incluso en los conciertos.

A las 18.15 nos citamos ante el escenario de la carpa Vodafone, donde actuaba Remate acompañado de unos grandes amigos: Paco Loco y Muni Camun, además de gente de PAL, Australian Blonde y, en un momento dado, el gran Gary Louris.

Allí nos encontramos con los chicos de Jugoplastika y de Layabouts. Recordemos que ambos grupos han grabado sus respectivos trabajos con el insigne asturiano afincado en el Puerto de Santa María.

Muy poquitos éramos los que nos colocamos frente al escenario y es que la música de Remate es para minorías. Teñido con el color del folk, pudimos presenciar un muy buen concierto de rock americano y disfrutamos de todo un virtuoso a la guitarra como es Remate.

Peter von Poehl actuaba en la carpa Vodafone. Tenía ganas de verle porque nuestro colega Julio Ruiz nos recomienda a menudo a este sueco trotamundos que destila pop aderezado con un poquito de folk.

Eso sí, a las 20.00 horas no había más remedio que cambiar de escenario, pues los americanos Calexico saltaban al terreno de juego en una carpa Fiberfib completamente abarrotada. Esta crítica le pertenece al señor Perarnau, así que ahí lo dejo.

Y antes de ir a ver a The Hives al escenario verde hubo tiempo para pasar por la otra carpa donde CatPeople hacía las delicias de una joven gallega que no llegaba a los 20 años pero que estaba ahí casi en primera fila haciendo patria.

La verdad es que a mí no me terminan de conectar los CatPeople. Reconozco que suenan tremendamente bien, muy compactos y que tienen un directo bastante potente, pero a mí, quitando unas canciones, no me terminan de llegar -lo siento amigo Miguel-. Vi media hora de un concierto más que correcto y me marché al escenario grande donde saldrían a los pocos minutos unos de los triunfadores de la noche.

A las 21.00 hacían su aparición sobre el escenario principal otros suecos: The Hives. El concierto de estos nórdicos me pareció buenísimo. Se meten al público en el bolsillo desde el primer momento y tienen un punto de chulería graciosa, que no llega a ofender a nadie. Su directo es absolutamente arrolllador y dejaron un magnífico sabor de boca.

Buen gusto que se encargaron de disipar las dos bandas siguientes en el escenario principal. Tanto Kings of Leon como Black Rebel Motorcycle Club fueron un auténtico rollo. Creo que no hubo concierto en el FIB de este año en el que me aburriera más que en el de estas dos bandas.

Recuerdo con gran fervor el concierto que los australianos ofrecieron hace un par de años en una de las carpas. Magnífico. Pero toda aquella frescura y chispa parecen haberla perdido ya y la verdad es que su concierto aburría hasta a las ovejas.

Tanto es así que decidimos cambiar de aires y marchamos a ver a Clap Your Hands Say Yeah. Estos tocaban en la carpa Vodafone FIB Club a la que fue imposible entrar y ante el poco atractivo de ver el concierto desde fuera nos dispersamos: unos se fueron a Matthew Dear mientras yo me fui a ver al artista travestido que actuaba tras la entrega de los premios del Festival de Cortos. Y fue divertidísimo.

Los Black Rebel Motorcycle Club salían a las 23.45 al escenario grande y por mí podían haberse quedado en el camerino. Qué gran decepción. Les vi la otra vez que participaron en el FIB y también me fallaron. Entonces pareció que tocaban a 33 rpm, y este año parecían desganados. Tocaron fatal y aburrieron soberanamente. Con lo que me gusta a mí este grupo...

Total, que no hay mal que por bien no venga, y aprovechamos para ver a The Go! Team antes de ir a ver a Muse.

Lo de Muse ya son palabras mayores. Podrán gustarte o no, pero desde luego su directo es realmente espectacular. Tienen una puesta en escena digna de un concierto en un gran estadio, con buenísimos juegos de luces y un sonido realmente espectacular. A veces caen en la horterada con algunos punteos del amigo Bellamy, pero hay que reconocer que fueron los grandes triunfadores de la noche.

Y tras los británicos un servidor se fue a dormir, que al día siguiente había que coger el coche de vuelta a Madrid.

Fotos: Javier Costa y Fiberfib.com

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