jueves, julio 19, 2007

Welcome to Benicàssim


Como ya hiciera el año pasado, he llegado a Benicàssim 24 horas antes de que comiencen los conciertos para aclimatarme a esta tremenda humedad y no llegar directo de un viaje a los conciertos y poder estar más descansado. Y al igual que el año pasado Benicàssim parece convertirse este fin de semana en una colonia británica.

El pueblo ya está bastante abarrotado de gente, todos con pinta de haber llegado de las islas británicas. Por la calle se ven cientos de personas que han mutado para convertirse en cangrejos. Una joven pelirroja intenta, entre evidentes muecas de dolor, despegarse una fina camiseta de su cuerpo enrojecido.

El supermercado no va a registrar mayores ventas que este fin de semana en todo el año, especialmente de alcohol. Me hace gracia ver cómo los chavales ingleses –cada año que pasa me siento mucho más viejo en el FIB en comparación con el público que viene- disfrutan tanto comprando todo tipo de alcohol. Están en España, ¿no? Pues a comprar vino tino, tinto de verano… Eso sí, parece que el producto estrella este año es el brandy Torres. “Brandy Fernando Torres”, les oigo decir a los guiris… Quién iba a decir a estas bodegas que el fichaje del Niño por el Liverpool les iba a abrir el mercado anglosajón.

En la playa de madrugada ya se ven numerosos cuerpos desnudos bañándose en el agua, fogatas en la arena, guitarras sonando y un idioma oficial de todo esto: el inglés. Mira que bien, el FIB va servir como viaje de estudios…

Por cierto, que estamos de aniversario. Este jueves arranca nuestro décimo Festival de Benicàssim, noveno consecutivo. Ahí es nada, ¿eh? Recuerdo con mucha nostalgia aquel nuestro primer FIB en 1997, en el velódromo, año de la tormenta que dejó reducido el festival a dos días, con numerosas bandas españolas (Australian Blonde, Nosoträsh, mis idolatrados El Niño Gusano…), y donde los guiris que venían sabían español…

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