sábado, julio 21, 2007

Arroz mediterráneo

Qué rico está el arroz mediterráneo. El viernes en el FIB fue un día muy bueno. Empezó fenomenal, con un arroz a banda en un magnífico restaurante en lo alto del Desierto de las Palmas de Benicàssim. Frente a la inmensidad del mar y rodeado de buenos amigos, disfrutamos de unos mejillones al vapor, unas ensaladas y el arroz, maravilloso, junto a unas jarritas de cerveza bien fría.

Los comensales éramos el equipo al completo de La Hora de Xavi y Pac en Benicàssim (Luis Villoslada, Martí Perarnau, Javier Villoslada y Javier Costa), Julio Ruiz y el ayudante estelar del DJ Rojiblanco, Dani Ruiz, y el gran Miguel Corral. ¡Qué bien sienta comer rodeado de tanta gente buena!

Eso sí, una siesta reglamentaria habría venido de maravilla, porque el día iba a ser largo. Sin embargo, pronto encaminaríamos nuestros pasos hacia el recinto de los conciertos.

A las 18.35 empezaba el concierto de Rufus Wainwright y no nos lo perdimos. Lo siento por los chicos de Olimpic, Nouvelle Vague y Mirafiori, pero ausentarnos esas horas del recinto es cuestión de supervivencia.

No había visto nunca a Rufus en directo y la verdad es que tenía muchas ganas. La carpa donde tocaba tenía bastante ambientillo, pero se podía avanzar bien hasta la zona media, donde nos colocamos para ver el concierto.

Sonó muy bien y Rufus me pareció toda una estrella, manejando al público, bastante entregado al artista neoyorquino, que iba vestido con un estrafalario traje de rayas de colores y unos zapatos dorados. Fue pasándose de la guitarra al piano constantemente, acompañado por una magnífica banda.

Y contra todo pronóstico, al ser uno de los primeros artistas en actuar y en una carpa, sí pudo hacer bis. Se marchó y volvió ataviado con un albornoz blanco. Se sentó al piano e interpretó un tema más y luego se maquilló. Se pinto los labios, se puso unos zapatos de tacón y a continuación salió un nutrido grupo de bailarines, vestidos con frac, que le taparían en el momento de quitarse el albornoz... y aparecer con un elegante vestido de noche de lentejuelas, al más puro estilo cabaret, que es como terminó su actuación.

Tras Rufus, el siguiente artista que vimos fue Antony and the Johnsons. A éste tampoco le había visto en directo y tenía ganas de verle. Sin embargo, no aguanté mucho. Cuando sonó "Hope there's someone" y un par de temas me marché de la carpa a rebosar. Lo cierto es que no entré en el concierto y me estaba aburriendo. Me imagino más a Antony en un teatro que en un festival.

Antes de ir hacia el escenario verde para ver a los daneses WhoMadeWho, nos pasamos a ver a otros nórdicos. Los suecos Herman Düne presentaban sus melodías pop en la carpa FIB Club, vestidos con túnicas como si de una secta se tratara.

WhoMadeWho aparecieron vestidos con trajes de esqueleto, pero su música no está muerta en absoluto. Estuvieron bastante chulos y nos hicieron bailar.

Tras su actuación nos marchamos a ver lo que para mí fue una de las anécdotas del festival: Kiko Veneno. No digo esto porque tenga nada en contra de él -no me desagrada en absoluto la música de tinte andalusí-, sino porque no creo que pegue mucho con el FIB. Pero bueno, es una opinión personal. Lo cierto es que había bastante gente viendo al sevillano, que interpretó los temas de sus inicios, eso sí, sin Raimundo en la guitarra. Me habría gustado verle por allí.

Y después, vuelta al escenario principal, donde había que coger sitio para ver a los estadounidenses Wilco. Buenísimo el concierto, pero la crítica se la dejo pendiente para el amigo Perarnau, gran fan del grupo.

Luego fuimos danzando de un escenario a otro viendo a Ok Go!, The Horrors y Klaxons, hasta estabilizarnos ya para ver la actuación de Devo, uno de los nombres de los que mejor me habían hablado. Y no decepcionaron. Devo son uno de los grupos padres de la música electrónica y su concierto fue muy bueno.

Y para terminar con la música electrónica, bailamos hasta la saciedad con los ritmos tecnos de Fangoria, que cerraron las actuaciones del escenario verde. El concierto fue un poco como lo que les vimos en Macumba hace unos meses. Una primera parte más inocente, vestidos de blanco, para luego salir envueltos en el negro y sacar toda la artillería. El final tuvo como colofón una versión de "El rey del glam" junto a las Nancy Rubias y un guiño al "Esta sí, esta no" de Chimo Bayo en "Retorciendo palabras".

Después, a casa a dormir, que el día había sido muy largo.

Fotos: Javier Costa y Luis Villoslada

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué estupendas vuestras crónicas, ayudan a sobrellevar este puto verano currela que nos estamos pegando algunas (y algunos).
Rufus es lo más grande que ha parido la música en años. Si Arcade Fire son "Roger Federer" (como dijo uno de El País), Rufus es "Rafa Nadal"! :)