Sábado, día 3: Nuevos cracks musicales
Los sábados en el FIB siempre son sinónimo de partido mañanero entre prensa y artistas y, como es tradicional desde la primera edición, no podíamos faltar un año más. Aunque el resultado fue esta vez adverso para los plumillas (2 a 4 frente a un equipo en el que figuraba gente de Manos de Topo, entre otros), la causa (fondos para Intermón Oxfam) justifica pegarse una paliza a mediodía (y también la paella de después, claro).
Con las fuerzas recobradas a base del arroz nos dispusimos a vivir la jornada sabatina del FIB que de nuevo comenzó temprano, con The Ting Tings actuando cuando aún no eran las siete de la tarde. La carpa Fiberfib.com estaba a rebosar para asistir al directo de una de las parejas musicales del momento. Y la cosa no defraudó.
Puede que nadie se acuerde de ellos dentro de un año pero saben aprovechar el tirón de su disco de debut "We started nothing" y sobre todo de las pegadizas "Great DJ" (con su estribillo onomatopéyico sin complejos), "Shut up and let me go" (gran riff de guitarra) y la catártica "That´s not my name". No faltaron tampoco la presentada como la única balada del grupo ("Traffic light") ni la redonda "Be the one". Y tienen imagen, tampoco de eso hay duda.
Después de ellos, si por algo destacó este día del FIB fue por las idas y venidas de un escenario a otro: dado que ninguno de los conciertos nos consiguió impactar lo suficiente, el reto fue ver al máximo de grupos posible.
Comenzó el peregrinaje con Bracken (trío de electrónica experimental con cacharritos), siguió con Heavy Trash desde la distancia (proyecto de Jon Spencer que no nos animó a acercarnos), The Brian Jonestown Massacre (música y aspecto setenteros con temas interesantes aunque demasiados tiempos muertos entre canción y canción) y prosiguió con Eef Barzeley (rock algo enrevesado).
Fue el turno entonces de uno de los grupos en los que teníamos puestas las esperanzas esa noche: My Morning Jacket, una banda que ha evolucionado desde postulados rock hacia estilos más abiertos y casi bailables. Mención especial para su vocalista y guitarra, Jim James, y la capa con la que se parapetó en algunos lances de la actuación, emulando quién sabe si a Bela Lugosi o a Los Brincos. No faltaron temazos de su última entrega "Evil urges" como "Touch me I'm going to scream" o "Highly suspicious", dejando muy buen sabor de boca.
Después de que Tricky nos dejara más bien tibios en los pocos minutos que presenciamos su directo, llegó otro de los momentos de exaltación patria en el FIB 2008 con Lori Meyers. De nuevo la carpa Fib Club se convirtió en punto de encuentro de público español para ver cómo los granadinos (ahora sexteto en los conciertos) repasaba temas de sus tres álbumes hasta la fecha con continuas arengas de Noni a la audiencia.
Sonaron temas recientes como "La búsqueda del rol", el nuevo single "Alta fidelidad", "Un mundo por delante" o, el auténtico bombazo de "Cronolánea", "Luces de neón". El repaso obligado al primer trabajo "Viaje de estudios" se produjo con la que le daba precisamente título, "Tokio ya no nos quiere" y "Mujer esponja". Vibrante y sentido el concierto de los de Loja.
No así la impresión que dejaron The Kills. El dúo, si bien demostró que se sobran para sonar compactos, no destacó en nada y daba toda la impresión de que el Escenario Verde era demasiado premio para ellos. Justo lo contrario de lo que nos esperaba minutos después, sin duda lo mejor de la noche.
Fue salir The Raconteurs a escena y santificar el rock. Vaya grupazo. Con Jack White (auténtico animal de escenario) y Brendan Benson como principales exponentes, alternándose en la faceta solista, dejaron boquiabiertos a más de uno. Con solo dos discos han dejado de ser "el otro grupo del tío de los White Stripes" para tener entidad propia.
Momentos con que quedarse habría muchos: el portentoso single que es "Steady as she goes" de su debut, pero sobre todo la épica rock de canciones de su brillante segundo trabajo "Consolers of the lonely" como "Hold up", "Rich Kid Blues", "Many shades of black" (creo que fue en esta en la que Jack White se marcó un solo de guitarra absolutamente antológico) o "Old enough", con violín incorporado. Tremendo concierto.
Como ya estaba dicho todo esa noche tan solo nos bastó ver unos minutos de Gnarls Barkley, con formato de gran banda eso sí, para saber que había llegado la hora de marcharse. Aunque fue después de escuchar su hit universal "Crazy", y es que uno también tiene sus pequeños placeres ocultos.
2 comentarios:
no nos vimos tio!!!
pensé que algún rato, por huevos, nos encontraríamos. pero na.
estuvo bien el festival.
:)
Sí, la verdad es que hubo cosas muy buenas. También algunas que podían haber sobrado quizás, pero lo bueno fue muy bueno.
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