FIB - Jueves: Clásicos y modernos
Sé que algún año dejaré de ir al FIB. Por el impedimento o la razón que sea. Pero hasta que eso ocurra, disfruto de cada edición y vuelvo siempre con un bagaje positivo. Puede que no sea el festival que goce de mayor predicamento entre la crítica más purista. Puede que el espíritu romántico de sus comienzos se haya diluido con el paso de los años dejando atrás la inocencia independiente de los 90. O puede que el desembarco masivo de público extranjero, mayoritariamente británico, sea comparable al paso de Atila y los hunos. Pero, a pesar de ello y por fortuna, siempre vuelvo con la sensación de haber estado en el sitio que debía durante cuatro días del verano.
La edición de 2010 dejó algunas impresiones muy pronto. La primera, el descenso de asistentes. Desde el pueblo de Benicassim hasta el recinto, la masificación del año pasado dejó paso a algo mucho más soportable. Acudir al supermercado ya no se asemejó a adentrarse en la jungla más peligrosa y la movilidad entre escenarios, aunque concurrida, no fue esta vez una misión imposible. También la obtención de la pulsera festivalera se convirtió en un puro trámite y no hubo que guardar una larga cola como en años precedentes.
Ello posibilitó una llegada a los conciertos mucho más temprana que en 2009, sin ir más lejos. De esta forma el primer contacto musical fue al caer de la noche con la actuación de Charlotte Gainsbourg. No se me ocurre una forma más elegante de introducirnos en el FIB 2010 aunque duró poco, porque ya era el turno del siguiente reclamo, Brendan Benson.
Con formación de trío (teclado, chica batería y él a la guitarra y voz), superó lo visto hace unos meses en la sala Moby Dick, dejando nuevamente un buen tratado de canciones enérgicas con vertiente rock. Fue además el primer artista que felicitó a España por el Mundial de fútbol, y no sería el último.
Después de ver al estadounidense fue turno del primer grupo español en este FIB, Love of Lesbian, aunque sólo hasta la mitad de su actuación, que estuvo plagada de medios tiempos procedentes sobre todo de su último disco. Por lo que contaron los que lo vieron, lo mejor fue su recta final con "Club de fans de John Boy" y sobre todo la coreografía a lo OK Go en la explosiva "Algunas plantas".
Pero es que a esas horas la atención ya recaía en el escenario principal del FIB con uno de los grandes, Ray Davies. Lo suyo fue una lección de rock clásico en toda regla, con un Davies en plena forma que nos sorprendió con dedicatorias en todas sus canciones (por ejemplo, en "The tourist", al público inglés que como él habían viajado en clase turista de Ryanair) y con guiños a otros grupos históricos ejecutando riffs del "It's only rock and roll" de los Rolling Stones o dejando versiones como el "David Watts" de The Jam, que le va como anillo al dedo.
Aunque, claro, lo que todo el mundo esperaba con ansiedad eran las canciones de su grupo legendario de toda la vida: The Kinks. Y, por supuesto, éstas se sucedieron intercaladas a lo largo de toda la noche y así no faltaron obras de arte como "You really got me", "Victoria", "All day and all of the night", "Sunny afternoon" o la multicoreada "Lola".
Quizás el clímax se alcanzó con "All day and of all the night", que dedicó a su hermano Dave, del que dijo que consiguió que su guitarra sonara en este tema con la fiereza del ladrido de un perro. Sin duda, uno de los momentos del FIB 2010.
Aún con los ecos de haber vivido uno de los conciertos grandes de esta edición, la atención recayó después por unos minutos en The temper trap y su pop electrónico. Los australianos han hecho del falsete su seña identidad y el hit "Sweet disposition" es el mejor ejemplo de ello.
Sin tiempo de verlos terminar, la cita era entonces de nuevo en el escenario Verde con el reclamo de la noche, sobre todo para el público de las islas: Kasabian. Y los de Leicester estuvieron a la altura de las expectativas, dejando buenas dosis de su rock de tintes hooligans que permite albergar esperanzas de que puedan ocupar el hueco dejado por Oasis, como ellos mismos autoproclaman.
A ello ayuda que su tercer disco este muy por encima de la segunda entrega, de la que sólo rescatan los singles "Shoot the runner" o "Empire". De esta forma su sorprendente debut y su último CD se repartieron el repertorio, con momentos de exaltación colectiva como en las recientes "Vlad the impaler", "Underdog" o "Fire" y las primerizas "Club Foot" o "L.S.D. (Lost souls forever)", que prolongó los coros hasta más allá del final del concierto.
Adrenalina y saltos por doquier marcaron todo el recital de la que dicen es la banda favorita de Fernando Torres (también ellos se acordaron de la selección española para felicitarla). Aunque siempre haya quien parece que la cosa no va con él.
El jueves el FIB aún dio para acercarnos a la propuesta de Broken Bells. Sin embargo, pese a que este proyecto era de lo más apetecible (la unión del productor Danger Mouse y el líder de The Shins), no fue suficiente para enganchar a esas horas. Ya vendrían mejores momentos en este FIB 2010 recién estrenado.
2 comentarios:
Yo creo que Love of Lesbian se equivocan con su set festivalero. En la primera media hora aburrieron y ello motivó que me fuera sin dudarlo a ver a un clásico como Ry Davies.
Quizás si hubieran colocado dos o tres hits en esa primera hora me hubieran convencido para seguir viendo algo más.
Y después de ver el concierto de Davies y el video del final de LOL, creo que acerté plenamente.
Me encantan LOL en concierto pero el cierre me pareció una patochada... Tócate la canción en vivo, ¡hombre!
PD: ¿Es Woody Allen el que sale un par de veces en el video de la actuación de Kasabian?
Es Woody Allen salido directamente de "El dormilón", porque se quedaba frito de pie.
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