
Primera imagen de esta segunda jornada de festival: Jorge 'Ilegal' Martínez, bebida isotónica en mano por la zona vip y hablando de su futuro proyecto en el que recuperará las raíces de estilos como el bolero y el tango. Inaudito para quien se lo contáramos hace un lustro. O "acaballante", como prefiriría el propio protagonista.
Pero no, por mucho que pareciera ser un mal presagio para la escena rock más salvaje, la noche llevaría la contraria en muchos momentos. El rock, en sus diferentes vertientes, resonó con brío en este día del FIB. Para comenzar, en su faceta más ruidista, para ver el final de unos Triángulo de Amor Bizarro con imagen más veraniega que nunca en el escenario Verde, que cerraron con su recomendación de "llevar navaja siempre es conveniente" incluida en el tema de su debut "El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo". Antes de eso, repasaron canciones de su segunda entrega como el single "De la monarquía a la criptocracia".

Muchos fueron los que se acercaron a verle dejar esas perlas costumbristas no exentas del surrealismo y los dobles sentidos marca de la casa, con Antonio Luque cantando mejor que nunca. Entre las más celebradas, "Dos besugos", "La decoración" o el cierre con "El rayo verde".
Tras este rato bien agradable, la siguiente parada fue para ver unos minutos a Julian Casablancas. El líder de The Strokes ha debutado con su primer álbum en solitario y venía a presentarlo a un escenario que ya conocía con una banda en la que no escatimaba recursos (dos baterías, por ejemplo) y su aire desastrado de siempre. No elegimos mal el lapso de tiempo para verle porque fue justo cuando interpretó el single "11th dimension" y, solventando las dudas de si interpretaría alguna canción de su grupo, el enorme "It´s hard to explain" de los Strokes.

Con un sabor dulce a pesar de la despedida al grupo asturiano y los nombres más golosos de la noche al acecho, el siguiente tramo festivalero se repartió entre Mumford and sons y Hot Chip. Los primeros, con su folk británico que de momento cala más en el público de las islas que en el de aquí, y los segundos con su electrónica algo bizarra que animó la noche con sus temas más conocidos.
También electrónicos son Yacht & the Straight Gaze, a quienes ya habíamos visto en directo este año en la sala El Sol y son sin duda uno de los descubrimientos de la temporada. Esta vez sin proyecciones pero volviendo a darlo todo sobre el escenario, la pareja formada por Jona y Claire son un tándem explosivo. El final, con "Psichyc City", hizo saltar a todo el mundo.
Desde lejos vimos cómo para Alison Goldfrapp la imagen sigue siendo tanto o más importante que las canciones. Esta vez su modelito de lentejuelas tampoco pasó desapercibido. En el escenario Fiberfib.com la dejamos porque ya era hora del cabeza de cartel de la noche: Vampire Weekend.


Así que no faltaban las reticencias a la hora de acercarse hasta esta cita. Afortunadamente, las dudas se despejaron a favor de Hook, con una ejecución fiel de los temas y un sonido muy conseguido (incluida la voz) que recreaba las atmósferas opresivas que crearon Joy Division hace tres décadas atrás.
Como detalle curioso, sobre el escenario convivieron dos generaciones juntas, ya que a la derecha de Peter tocaba su hijo ("that's my boy" llegó a decir orgulloso en una de las canciones). No faltaron "She's lost control", "Disorder" o una emocionante "Insight". Como bis, no hubo decepción y se saltó el guión del primer disco para tocar un "Love will tear us apart" que ya forma parte de los anales del festival.
Aún coreando el "Love will...", como tantos otros cientos secundaban, la noche terminó bailonga viendo parte de la actuación de Calvin Harris, que siempre es sinónimo de fiesta a esas horas, y las nuevas canciones de DJ Shadow, introducido en una esfera sobre la que se proyectaban imágenes, las últimas que recordaríamos de esta noche de viernes del FIB 2010.
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