martes, noviembre 13, 2007

Vidas disolutas


Da que pensar que en el Reino Unido, a la hora de montar escándalos, tengan en la industria musical a este tipo y en España nos tengamos que conformar con este otro.

Tan reprobables son los excesos de uno como del otro, pero a la hora de liarla gorda, el indómito Pete Doherty lo hace con más estilo.

Subirte puesto hasta las cejas a un avión y enfrentarte con todo el pasaje no está mal, pero entrar en casa de tu compañero de banda y hasta entonces mejor amigo, robarle pertenencias y canjearlas para costear tus vicios está solo al alcance de un genuino crápula. Eso, por no hacer sangre recurriendo a las carreras musicales de cada uno.

Nuestro Melendi, autor de éxitos tan proféticos como "Que el cielo espere sentao", está más bien en la categoría de macarrilla de barrio beneficiado por el auge de la "rumba canalla" que, dicho sea de paso, Estopa practican con más gracia en nuestro país.

Lo que está claro es que a la hora de buscar provocadores en la música española me sigo quedando con estos otros ejemplos o con Jaime Urrutia saludando al grito de "Buenas noches. Somos Gabinete Galigari y somos fascistas" en su primer concierto en la sala Rockola. Al menos tenían mucho más ingenio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenísima esta entrada