La química funciona
Noche de múltiples ofertas musicales en vivo la de este pasado sábado en lo que a los escenarios madrileños se refiere: coincidían en pocas horas Paul Weller en La Riviera, Madee en Moby Dick, Da en el Fotomatón o Nadadora en El Sol, opción esta última a la que hubo oportunidad de asistir.
Con una entrada de público más que estimable y teloneados por los también pontevedreses Portrait (una interesante propuesta entre el folk y los pasajes a lo Belle & Sebastian), los de O'Grove andan metidos en una minigira aprovechando la reciente salida al mercado de "La química que nos une", su último EP de remezclas.
El arranque del concierto se vio complicado por problemas técnicos, sobre todo en los teclados, que llevaron a la banda a improvisar un tema acústico sobre la marcha. El inconveniente quedó resuelto para la interpretación de "Alguna forma habrá", a partir de donde músicos y público empezaron a sentirse más a gusto.
Tanto que para las dos siguientes canciones Nadadora se atrevieron primero con un tema nuevo y a continuación con "Evelyn Ashford", una "debilidad" de la banda y rareza incluida en el recopilatorio sobre los Juegos Olímpicos publicado este año por su sello Jabalina.
La línea ascendente del concierto continuó a continuación con "Después de todo", "12:01 am" (vistazo atrás hacia su primer EP) y la inmediatez de "La forma" y "El bosque". Fue aquí cuando, transcurridos apenas 50 minutos, dejaron por primera vez el escenario para volver al poco con uno de los momentos más emotivos de la noche.
Y es que Gonzalo Ábalo, voz y guitarra, vestido para la ocasión con una camiseta de Silvania, aprovechó para dedicar todo el concierto al fallecido Cocó y a Mario, que se encontraba en la primera fila de la sala El Sol, asegurando que precisamente aquel proyecto musical del dúo peruano había sido fundamental para el nacimiento de Nadadora.
Llegó así un bis que fue lo mejor de la noche, con su último tema original publicado, "Septiembre no está lejos" y una muy bailable "20.000 veces", brillante colofón del concierto. Nadadora han crecido y se agradece que cada vez estén más sueltos y expresivos sobre el escenario. En definitiva, que sean ellos mismos, eso que a veces es tan difícil de conseguir.
Disparos certeros
Bajo el atípico nombre de Niño y Pistola se esconde una de las formaciones más interesantes entre las surgidas en estos últimos tiempos por nuestro país. Haciendo poco ruido han conseguido firmar dos enormes discos (con los no menos curiosos títulos de "Como un maldito guisante" y "Culebra"), el primero deudor de los Beatles y el segundo, más denso y atmosférico y con el punto de mira en los Doors.
Valga por tanto su reciente actuación en una atestada sala Costello para reivindicar a esta banda gallega, que hacen de las guitarras acústicas su seña de identidad y que tanto con repertorio propio, como con versiones de todo pelaje (The Jayhawks, el "Dancing queen" de Abba o el precioso tema en gallego "O tren", original de Andrés do Barro), con un poco de suerte están llamados a ganarse un hueco, por poner un ejemplo, entre todos los que ya disfrutan escuchando a The Sunday Drivers.
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