
Antes de que quede sumido en el almacén de los recuerdos pasados, merece la pena pararse un momento a repasar lo ocurrido el pasado martes 12 en el llamado Pepeworld Festival.
Este evento juntó en Las Ventas un cartel que buscaba enganchar a diferentes tipos de público y la verdad es que resultaba curioso observar pululando por allí desde nostálgicos del rock ruidoso e inconformista de los 90, al pijerío uniformado en sus peinados y vestidos; desde una Cristina Llanos de Dover ahora de rubia tras su conversión a los sonidos electrónicos a famosos de revistas como el hermano de Marichalar cuyo nombre no recuerdo y que se dedica a surcar los mares en moto náutica como principal ocupación.
Pero volvamos a la música, que de eso se trata. Cuando uno pensaba que llegaba a tiempo de ver a Triángulo de Amor Bizarro sobre el escenario se encuentra que por arte de birlibirloque el orden de aparición de los dos primeros se ha alterado y toca tragarse a unos tal Zeno & The Stoics, imagino muy amigos de quien montaba el evento, porque si no no se explica su presencia en el mismo.
Me ahorraré epítetos en calificarlos diciendo tan solo que preferiría haberme tomado alguna caña más en la calle, más aún cuando en el recinto habían impuesto la ley seca esa noche (y me temo que todas las que haya concierto; eso sí, si vas a los toros te puedes tajar a gusto, que no te lo van a impedir).
Así que tras este inicio desangelado, la tarde iba avanzando y a eso de las nueve menos cuarto aparecían los británicos Kasabian. Abrieron con dos temas de su último disco: "Empire", la que da título al álbum, y a continuación "Shoot the runner".

Kasabian, que antes de la publicación de su última entrega habían asegurado que ésta iba a convertirse en algo parecido a lo que fue el "Definitely maybe" de Oasis, aún están muy lejos de ser trascendentes. Ni en los discos asombran o aportan algo realmente nuevo ni en directo, al menos por lo visto el otro día, consiguen epatar.
De momento se quedan en aspirantes al grupo de cabeza de las principales bandas británicas contemporáneas y tienen pendiente definir su sonido, ya que pasan por ser una mezcla confusa de los propios Oasis, Primal Scream y Ian Brown de los Stone Roses.

Debe de ser que tienen mucha confianza en su repertorio, porque desde luego es arriesgado un comienzo de estas características. Del resto, destacaron en este orden temas como "Jenny was a friend of me", "Read my mind", "On top", "Mr. Brightside", "For reasons unknown" o "All these things that I've done", la última que tocaron.

Y llegó el momento cumbre de la noche (al menos para todos los que no habían acudido al reclamo facilón de The Killers). Tras unos preparativos interminables, salían de inmaculado blanco al escenario The Smashing Pumpkins. Billy Corgan y el batería Jimmy Chamberlain son los únicos miembros originales que se han apuntado a este regreso, ahora con formato de quinteto.

A partir de ahí se sucedieron canciones nuevas como el single "Tarantula" con otras piezas clave de su discografía como "Zero", "1979", "Stand Inside your love" "Disarm" o "Tonight, tonight", sin duda el momento más intenso de la noche. Lo que no ayudó fue el sonido que, como durante toda la velada, fue bastante deficiente.
El paso de Smashing Pumpkins por Madrid fue emotivo para los que tienen en un altar a la banda de Chicago, aunque las nuevas composiciones dejaron algo tibios incluso a los más fanáticos. El resto, aguantó como pudo la velada y los más valientes lo hicieron hasta el último acorde, a eso de las dos menos menos cuarto de la madrugada, que para un martes no está nada mal como hora para recogerse.
2 comentarios:
Nadie pudo ver a Triángulo de Amor Bizarro?
Estaría bien que alguien que los hubiera visto terminara nuestra crónica. Una pena esos cambios de orden a traición...
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