Conquistando Islington
Era noche cerrada y fría en Londres (a pesar del sol que brilló todo el fin de semana, las temperaturas no superaron apenas los 4 grados esos días) cuando salimos al exterior de la estación de 'Angel'desde las tripas del 'tubo' londinense, siguiendo el itinerario marcado para llegar hasta el O2 Academy Islington. Tras el paso fugaz por un concurrido pub en las cercanías, nos dirigimos hacia el lugar señalado para el acontecimiento que había motivado nuestra visita a la ciudad del Támesis.
La sala se encontraba integrada en un centro comercial (lo que motivó que nos la pasáramos de largo en un primer momento), como si del antiguo Aqualung madrileño se tratara, aunque de dimensiones mucho más reducidas. Y con un portero que cacheaba uno por uno a todo el que entraba (el asunto de la seguridad se ve que se lo toman muy en serio por allí, porque la noche anterior recuerdo haber visto un arco detector de metales a la entrada de otra discoteca).
Dentro ya estaba prácticamente todo el público. Vimos enseguida a Javi de Supernovapop, el responsable de convocar a los Sunday Drivers a su primera cita en directo en suelo inglés. Entre los asistentes, mayoría abrumadora de españoles que no se querían perder tan histórica cita.
Y salieron los de Toledo a escena a completar una noche redonda. Desde "(Hola) To see the animals" hasta "Little heart attacks", principio y final de concierto, firmaron un directo en el que el ritmo no decayó en ningún momento, sin que hiciera mella que la sala no permitiera en ocasiones las mejores condiciones de sonido y visibilidad.
Precisamente en cuanto a momentos destacados de la noche es difícil quedarse con uno solo: pervive en el recuerdo el entusiasmo colectivo con "Do it", el protagonismo del galés Lyndon (con parte de la familia presente en la sala) en "Sing when you're happy", la melancolía en "The end of maiden trip" con Jero solo a la guitarra como arranque del bis... Como muestra, un botón: el ambiente que se vivía en la sala justo antes del mencionado bis.
Aunque si me tengo que quedar con algo es con las caras de satisfacción de artistas y público a lo largo de esas dos horas que permanecimos en la sala y en el resto de la noche.
Hace años nos hubiera parecido una broma si nos hubieran dicho que alguna vez estaríamos viendo a uno de nuestros grupos favoritos españoles tocar en Londres, sin tener ninguna envidia de lo que se hace allí. Y esa noche lo conseguimos. Esa noche conquistamos Islington y, por ende, Londres. Y delante de las narices del de seguridad de la puerta.
[Los más afortunados, podrán vivir otra velada junto a The Sunday Drivers este jueves en la sala Moby Dick, en un concierto para invitados con motivo del aniversario de esta sala].
2 comentarios:
Buen ambiente y buena música.
Espero que algún autóctono se quedara con sus canciones...
¡Qué grandes!!!!!! menudo directo tienen! Fue un fin de semana para recordar: London + The Sunday Drivers.
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