

Mira, un Sr. Chinarro no habría estado nada mal. Por cierto que a Chinarro le veíamos hace unas semanas en la madrileña Joy Eslava presentando su último disco, "Presidente". Concierto sobrio y sereno aquel, con una buena ejecución y buen sonido, al que le faltaron los clásicos bises de todo concierto por aquello de la premura en la finalización del concierto, que la Joy hay que desalojarla rápido para abrirla como discoteca para los incautos que están dispuestos a pagar 15€ por entrar.
Y es que se echa en falta en Madrid más salas de conciertos, auténticas salas de conciertos y no discotecas que se apunten al negocio para sacar más rédito a sus instalaciones a cambio de elevados alquileres y que luego no tienen respeto alguno por el artista y su público.
Pero a lo que íbamos, que era a recordar aquel concierto de Chinarro. Aunque no hubiera bises cayeron casi una veintena de canciones. Supo meterse a la gente en el bolsillo rápidamente el bueno de Antonio Luque tirando de repertorio de sus anteriores trabajos y no fue hasta la sexta canción, más o menos, que sacó a pasear los temas del recién publicado "Presidente". "Vacaciones en el mar" fue la elegida para ir entrando en materia, un tema de inspiración en sonidos setenteros del rock y que por momentos me traía a la cabeza lo mismo a Bowie que a Alaska y su "El rey del glam".
Siguió el sevillano deshojando la margarita y entre temas ya consagrados como "El lejano Oeste", "Tímidos" o "Del montón" iban entrando otros como "Una frase socorrida", "Beso de despedida" o "El boxeo", que huele a single. Solo una mirada al pasado más lejano: "Quiromántico". Quizás el actual público de Sr. Chinarro no está preparado para ir más allá.
En la recta final del concierto, dos canciones que también tienen ese aroma a perdurar en el setlist del futuro, cuando ya se hayan publicado más discos: "Babieca" y la genial "Una llamada a la acción". Y para terminar, "El rayo verde".
Arquitectos del rock
Entradas agotadas con bastante antelación para verles en una sala de unas 600 personas. El motivo del concierto, posiblemente el de ir haciendo callo de cara a la gira venidera en otoño para presentar su próximo disco, que estará disponible a partir de septiembre.
Hora y media de concierto que al amigo Juan Jerez se le hizo excesivamente corta y echó de menos algunos temas, pero ya se sabe que cuando actúa un grupo con una discografía tan extensa y excelsa como la de dEUS siempre se queda algo en el tintero.
A las primeras de cambio, la segunda del concierto, se ventilaron una de mis canciones favoritas de los últimos tiempos, "The Achitect".
Aprovecharon los belgas para presentar unas cuatro o cinco canciones del disco que viene -solo pillamos el título de "Come and stay now"- y lo cierto es que tiene buena pinta. También cayeron temas como "Little arithmetics" o "The real sugar", que dedicaron a los teloneros de la noche, otra banda belga llamada Balthazar.
En cualquier caso, son las canciones de siempre las que siguen poniendo al público patas arriba, especialmente "Instant street".
Pues así os dejo, con estas últimas líneas, oyendo cómo sigue cayendo la incesante lluvia en el barrio de Westminster y después de haber pasado a cenar por ese bar del Soho, el que está al doblar la esquina y al que Pulp le dedican una canción.
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