sábado, junio 07, 2008

Con la sangre alterada


Así volvimos el domingo pasado de Barcelona, después de haber disfrutado de dos días de un festival que merecería un 10 si lo calificáramos con nota. Por primera vez en los seis años que llevamos de programa La Hora de Xavi y Pac acudió a cubrir in situ el Primavera Sound y la impresión que nos dejó no pudo ser mejor.

En primer lugar, tienen la suerte de contar con un recinto en la ciudad condal como es el Parc del Fòrum que es idílico para este tipo de eventos. Tiene una enorme capacidad de aforo, por lo que en ningún momento te sientes agobiado. Hay una distancia razonable entre los escenarios, por lo que no se cuela el sonido de uno durante las actuaciones de otro. Y está en la ciudad, se puede ir y, sobretodo, volver en metro.

En segundo lugar, el cartel era inmejorable, repleto de auténticos grupazos. Tanto es así que uno siempre se encontraba en la disyuntiva de a qué escenario acudir y finalmente optaba por pedir el menú degustación, un poquito de esto y otro poquito de aquello.

La primera jornada grande del Primavera, la del jueves 29, nos la perdimos con gran pesar al tener que estar en Oviedo por motivos profesionales (pero en Oviedo lo pasamos tan bien y conocimos gente tan maja que el pesar se relativiza). Ese era el día de las actuaciones de Portishead, MGMT, The Notwist, Public Enemy, Vamprie Weekend y muchos otros.

Nuestra llegada al recinto, directos desde la capital del Principado y con nuestro compañero Fernando Delgado al frente, se produjo sobre las 21.00 horas del viernes 30, directos para ver a The Sonics. La mítica banda americana, que comenzó su carrera a principios de los 60, demostró que la veteranía es un grado y desplegó todo su repertorio garagero haciendo bailar y vibrar a todos los presentes. Así, cayeron temas como "Cinderella" o "Stricnine", aunque eso sí, un poco bajado de revoluciones.

Tras ver un rato a los angelinos Autolux en el escenario ATP, escenario que dejó cautivado a FDR, nos dirigimos a ver a Sebadoh al escenario Rockdelux. Había muchas ganas de ver a los americanos pero para el que suscribe fueron una de las pocas decepciones que tuvo el festival. No consiguieron conectarme y el sonido fue un tanto regular. A los quince minutos decidimos que habíamos visto bastante y decidimos dar una vueltecita por el recinto, a ver qué nos vendían en los otros escenarios.

En el escenario Vice Jägermeister actuaban los que para nuestro compañero Martí Perarnau fueron la sorpresa del festival: Man Man, tirando hacia un rock de corte más experimental.

A cinco minutos de las doce de la noche hacían su aparición en el escenario Estrella Damm otros históricos: Devo. Los de Ohio vinieron con sus atuendos habituales: monos amarillos y sombreros rojos que bien podrían pasar por fichas gigantes del Lego. La mayoría de las voces que he escuchado se han mostrado críticas hacia la actuación de Devo y la han llegado a calificar de cansina. Yo no diría tanto pero sí que me quedo como lo más relevante con el momento en el que se va el sonido y durante toda una canción el grupo estuvo cantando sin que oyéramos ni una nota.

Tras Devo, comenzó un peregrinar de escenario en escenario por ver lo más posible. En el Rockdelux Cat Power no logró conquistarnos. A Place To Bury Strangers estaban actuando en el Vice Jägermeister y terminamos viendo a The Go! Team en el Estrella Damm. Los de Brighton convirtieron el escenario en una auténtica fiesta y fue imposible resistirse a bailar al ritmo que marcaban. Con ellos estuvimos hasta pasadas las 3.00, momento en el que nos encaminamos de nuevo hacia el escenario Vice Jägermeister para cerrar la noche con Holy Fuck.

El concierto de Holy Fuck fue todo entrega, pero el equipo de Radio Rivas acusaba ya las horas de viaje y la larga jornada, y el habernos tragado antes a El Guincho, una de las propuestas más aburridas a la que nos hemos enfrentado en los últimos tiempos. A pesar del cansancio pudimos reconocer la vigorosidad de la banda y su buen hacer en el escenario, epatando a los cientos de personas que aún quedaban por allí, y que luego se terminarían subiendo al escenario para poner un broche loco a la noche del viernes en el Primavera.

El sábado, pronto

El sábado, nuestro segundo día primaveral, decidimos llegar bien temprano y aprovechar todos los escenarios posibles. Así, estuvimos viendo a Gentle Music Man, flamantes ganadores del Proyecto Demo del FIB, abriendo el escenario CD Drome. En mi opinión no pasan de ser un grupo con buenas intenciones pero de vez en cuando logran firmar temas como "Cry" o "Six months", que hacen que uno se relama de gusto.

Coincidiendo con la actuación de Devastations, pusimos pies dirección al Auditori para intentar ver algún concierto en el que no hubiera que hacer colas kilómetricas. Y así llegamos a ver a Mary Weiss, de las históricas The Shangri-Las. El concierto de Mary Weiss estuvo a una gran altura, recuperando temas históricos entremezclados con canciones de su último disco, y manteniendo la imagen de rubia coqueta de siempre.

Antes de ver a Silver Jews, una de las recomendaciones del festival, paramos ante el escenario Estrella Damm, donde actuaban Okkervil River. Este grupo con su disco "The Stage Names" me tienen completamente enamorado.

Me sorprendió gratamente la puesta en escena de Morente Omega con Lagartija Nick, con esa fusión entre el flamenco y el rock que llegaba hasta el último nervio. Pero aún más me sorprendió el directo de Les Savy Fav, un grupo a los que tenía muchas ganas de ver y no decepcionaron en absoluto. Su propuesta cargadad de punk no dejó indiferente a nadie. El poderío de su directo se veía acrecentado por la actitud de su cantante, quien no dudó en quedarse en mallas multicolores y bajarse a bailar y cantar entre el público, terminando en las gradas.

Justo antes habíamos visto en el mismo escenario ATP a Shellac, la banda liderada por Steve Albini, que demostró su saber hacer sobre el escenario. Pero si hay un nombre que destacar de esta noche ese es el de Stephen Malkmus, que demostró cómo hacer rock disfrutando de las guitarras distorsionadas que nos llevaban de nuevo a los mejores 90.

Nuestra intención de terminar el festival gastando zapatilla en la pista de baile con Surkin y Kavinsky se fue al traste por la copiosa lluvia que comenzó a caer sobre Barcelona. Hizo que nos retiráramos antes de tiempo aunque antes retuvimos en nuestras retinas la imagen más épica del festival, algún que otro centenar de personas que no se amedrentaban con el agua, bailando al ritmo de los beats marcado por Kavinsky.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una gran pena no haber podido ir este año :(
A mi también me tienen enamorada Okkervil River!