viernes, mayo 02, 2008

El peor lugar del mundo para dar un concierto


El martes pasado, mientras el Barcelona caía en las semifinales de la Champions ante el Manchester, en La Riviera, muy cerquita de nuestro querido Vicente Calderón, un grupo con categoría de Liga de Campeones como son los neoyorquinos Nada Surf presentaban de nuevo en Madrid su último disco, "Lucky".

Lo de Nada Surf en La Riviera fue un poco como el partido del Barça, un quiero y no puedo. Pasaron por Madrid el 14 de febrero y presentaron "Lucky" en una Sala Heineken completamente abarrotada. Cuando escribí aquella crónica ya advertía de que el sonido de la sala, horroroso, jugaba en contra del trío americano. Sin embargo, el grupo logró vencer ese contratiempo y en la parte principal de la platea justo delante del escenario el sonido era bastante decente y firmaron un conciertazo en toda regla.

El del pasado martes en La Riviera tuvo un sonido espantoso, incluso peor que en la Heineken. Había que volver a Madrid y a un emplazamiento de mayor aforo, ante la demanda que tuvo el anterior concierto, pero La Riviera es una auténtica trampa para los grupos.

Entré al inicio de la actuación de nuestros amigos de Clovis -a los que tuvimos en el último programa presentándonos "Bajo la influencia"- y ya el sonido asustaba. Pero uno siempre piensa que cuando salga el cabeza de cartel la cosa se va a arreglar.

Con la salida de Nada Surf estaba bien colocado, frente al escenario, unos metros por delante de la mesa de sonido, centrado... En teoría estaba en el mejor sitio para que me llegara el mejor sonido pero no.

En seguida decidí retrasarme unos metros y la cosa no se arreglaba. Terminé yéndome atrás del todo, en una localización donde los graves del bajo no se comían el resto de instrumentos, pero aún así no mejoraba nada.

En la segunda canción un acople continuo hizo que el propio Dani Lorca dejara de tocar su bajo en medio del tema y mirara a los técnicos sobre el escenario con los brazos abierto como diciendo "¿es que no vais a arreglar esto?".

Por lo demás, el setlist fue prácticamente el mismo que en Heineken -con alguna canción de menos- así que os invito a leer la crónica de entonces, para la que estaba mucho más motivado que para esta, todo hay que decirlo.

A pesar de la entrega de los músicos el concierto no logró remontar el vuelo afectado para la mala sonoridad de la sala. Y es que ya lo sabíamos de antes: La Riviera es el peor sitio del mundo para dar conciertos. A ver cómo sale el de James la semana que viene.

Me quedo con el recuerdo del anterior concierto y con la esperanza de que en Benicàssim el sonido sea algo mejor -otro reto, por cierto-.

[Hoy quiero lanzar un saludo al núcleo de lectores asturianos, que siempre han estado ahí, pero desde el fichaje de FDR ha aumentado la asiduidad de sus entradas, especialmente... ¡esos médicos!]

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