¡Hey, mamá!



Con la resaca aún de la presentación de la serie Madmen, estrenada en CANAL+, y con el Atlético jugándose la plaza de Champions en Montjuic fuimos hacia La Riviera para asistir al concierto de James.

Los británicos venían a presentar su último disco, "Hey Ma", que tiene momentos realmente buenos como "White boy" o "Of monsters and heores and men" -aunque esta segunda, de tintes velvetianos, no cayó en el concierto. Este nuevo disco podría ser una mezcla entre el sonido cálido de "Laid" (1993) y la grandiosidad del "Millionaires" (1999), aunque también tiene momentos un poco más sombríos.

Pasadas las 21.45, el septeto, con Tim Booth al frente asistido por una muleta, salía a escena ante una sala con tres cuartos largos de aforo y con un público entregado desde el minuto uno. Ante el espanto de concierto que vimos unos días antes con Nada Surf como protagonistas en esta misma sala, estábamos muy temerosos por el sonido que podrían sacar los técnicos, pero lo cierto es que sonó, al menos desde la posición en la que me encontraba, aceptablemente bien.

El concierto arrancó con una mirada al pasado. "Born of frustration" fue la encargada de dar el pistolezado de salida y a ésta siguió "Come home", logrando tocar desde el primer momento la vena sensible de los treinteañeros nostálgicos que poblaban la sala.

"Oh my heart" fue el primer tema que cayó del nuevo disco y lo cierto es que el público se lo conocía como cualquier clásico de la banda. Lo cierto es que James sabe manejar muy bien los tempos de las canciones, los parones, los in crescendo y los uuuuhs y ooooohs que siempre corea el respetable.

Si no recuerdo mal, fue después del tema "She's a star" cuando todo el mundo comenzó a corear un oe oe oe que seguro que puso el vello de punta a los mancunianos. Tim Booth, con una mirada entre felicidad y asombro por la reacción del público, se llevaba las manos al corazón para agradecer el entusiasmo de la gente.

Andábamos ya en la recta final del concierto cuando un contenido Booth (se echaron de menos sus bailes eléctricos pero la lesión que padece le limitaba en el escenario a mover sinuosamente la cabeza sentado en un taburete) presentó otro de esos clásicos de los ingleses: "En esta gira no solemos tocar este tema, pero hoy lo vamos a hacer para vosotros porque estoy sentado". En cuanto dijo las palabras "Sit down" todo el público gritó enfervorecido.

Tras ella, "Sound" y luego "Tomorrow", uno de los temas compuestos junto a Brian Eno, ponían el final a una primera parte que Tim Booth despedía feliciando a los madridistas por el título de Liga.

Pero sin duda lo bueno estaba aún por venir. El grupo se había reservado la tralla para los bises. De vuelta al escenario el inicio reposado del "Getting away with it" devolvía la excitación a los asistenes. Después sonó el tema que da título a su nuevo trabajo, "Hey Ma", un single en toda regla y, pasadas las 23.20 Tim Booth anunciaba la última canción... "or maybe not", dijo sonriente.

Y comenzaron las primeras notas de "Sometimes". Con este tema se vivió el momento más épico del concierto cuando la banda dejó de tocar y el público, al tempo marcado por el bombo de la batería, coreaba, acompañando con palmas, esos versos "sometimes I look in your eyes and I see your soul". Cuando el bombo paró el público siguió llevando el ritmo con las palmas pero fue acelerando cada vez más, como cuando el delantero de tu equipo va a lanzar el penalti decisivo.

Fue en ese momento cuando el cantante se acercó a su guitarrista y claramente se pudo ver cómo le decía: "We do it". Y lo hicieron. En seguida comenzó a sonar la guitarras acústica seguida de ese redoble de batería tan característico de "Laid", uno de los más grandes éxitos de la banda que sirvió de canción de despedida y para que el público se vaciara del todo.

No hubo tiempo para más y "Say something", la canción que estaba planeada como broche del concierto, no fue interpretada.

Os dejo con un video que recogió un aficionado en el que podéis comprobar la respuesta del público en varios momentos del concierto.