El FIB se queda sin patrocinador
Después de 10 años de colaboración, la relación entre el Festival Internacional de Benicàssim y la cervecera Heineken se ha roto. El FIB volverá a llamarse así, simplemente FIB (suponemos que hasta que encuentre un nuevo patrocinador principal), después de que asumiera el color verde como seña de identidad del escenario principal y la marca de cerveza como apellido para el nombre comercial del festival.
Sin duda, el FIB no tendrá problemas para encontrar un patrocinador o varios que cubran la inversión económica que desembolsaba la marca de cervezas. Se trata de un festival muy consolidado y que garantiza siempre una gran presencia en los medios de comunicación, y que cuenta con una gran afluencia de público cada año.
Pero puede que ese patrocinador haya que buscarlo más entre multinacionales con intereses que superen las barreras españolas. No creo que la salida de Heineken del FIB se deba a la crisis (siguen patrocinando numerosos enventos con mucha menos repercusión que el festival levantino) y tampoco creo que se deba al descenso de asistentes en la pasada edición (es comprensible si nos atenemos a la coyuntura económica que vivimos).
Habría que analizar un poco la evolución del festival para entender la salida de su principal patrocinador. Realmente, el principal esponsorizador del FIB durante los últimos diez años ha sido Heineken España. Y el detalle del "apellido" España no es baladí en este caso. El negocio del patrocinador del FIB está en España y su interés debe ser llegar al mayor público español posible, que es el que podría consumir su cerveza durante el resto del año en España.
Sin embargo, en las últimas ediciones el público inglés supera al público español. Los datos oficiales revelan que el 55% del público de la última edición era extranjero. Esta tendencia del FIB en los últimos años, que parece un festival dirigido más hacia el público de las islas británicas que hacia el nacional, puede haber movido a Heineken España a replantearse su estrategia de patrocinios, puesto que más de la mitad de los asistentes del FIB solo van a convertirse en clientes de la cervecera durante los cuatro días que dura el festival.
Ahora, Vincent Power, el irlandés propietario del FIB, tendrá que decidir entre mantener la línea del festival llevada en los últimos años y buscar un patrocinador multinacional que tenga intereses económicos en España y Reino Unido, o bien dar una vuelta al festival e intentar girar la tendencia para volver a captar más público español.
Pero ¿qué es lo que echa para atrás a los españoles para ser más reticentes hoy a acudir al FIB? Quizás sea el cartel, aunque esto no tiene mucho sentido. Con más o menos grandes figuras, el cartel del FIB siempre está repleto de nombres interesantísimos, incluso este 2010 a pesar de las críticas.
¿Entonces? Me atrevo a decir que el problema viene más por el tema del bolsillo. El nivel de vida en Inglaterra es mucho más elevado que en España y para ellos el precio del FIB no es excesivo. Si a esto le sumamos el sol del que disfrutamos en el levante español y los packs de billetes + entrada que ofrecen las agencias de viaje, los ingleses parece que lo tienen chupado para venir.
Sin embargo, para el españolito de a pie, el mileurista (si llega), puede que desembolsar 180 eurazos por el abono de cuatro días le haga meditar mucho más sobre la conveniencia de hacer el desembolso.
No entro aquí a valorar si el precio del abono es caro o no, que creo que si nos ponemos a sumar lo que pueden costar las entradas de los principales grupos del cartel sale más que rentable. Y si a eso le sumamos los diez días de acampada, que hacen que se convierta el FIB en unas vacaciones, es más difícil mantener esa afirmación. Simplemente considero que al español le cuesta más soltar 180€ de golpe por una entrada.
De ahí que el festival considere más interesante el público internacional y puede que, también por eso, los patrocinadores nacionales prefieran centrarse en otros eventos a los que asiste un mayor público que sean potenciales clientes el resto del año.
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