¡Viva el punk!


No puedo negar que ante el concierto de The Buzzcocks en la sala El Sol me invadía un doble sentimiento. De un lado, cierta excitación ante el concierto de uno de los grupos padres del punk; de otro, cierta incertidumbre ante las condiciones en podríamos encontrar a la banda de Pete Shelley y Steve Diggle. No hace mucho habían pasado ya por nuestro país dejando una sensación agridulce: buena en una sala pequeña como El Sol y mala en un escenario grande como en el Primavera Sound.

Chupas de cuero y alguna que otra cresta poblaban El Sol, completamente a abarrotar, para recibir a los británicos poco antes de las 23.00. En seguida comenzaron a caer las canciones rápidas, los minutos frenéticos, las guitarras saturadas… todo regado por litros de cerveza que empapaban las gargantas de los cientos de asistentes, que se esforzaban también por corear cada uno de los temas.

The Buzzcocks salieron a comerse el mundo, como si en lugar de peinar canas tuvieran 20 años y fuera su primera actuación en Madrid y no llevaran la docena de conciertos a sus espaldas, y eso solo en El Sol, sin contar otras salas de la capital.

Durante la primera parte del concierto, los británicos tiraron de su primer disco, debut absolutamente brillante, que cuenta ya con 30 años, ni más ni menos, pero que bien podría haber salido antes de ayer del local de algún grupo malasañero. ¿Qué digo? No, por desgracia seguimos muy lejos de todo aquello que nació en el Manchester de los 70. Así cayeron temas como “I don’t mind” o “Autonomy”.
Empezaron a continuación con las canciones de “Love bites” con un público completamente entregado a la música, a la cerveza y a los zarandeos… “Real world” o “Even fallen in love” son algunos de los temas que provocaban esas emociones. Aquello ya empezaba a parecer un auténtico concierto de punk.

Y llegamos a los bises, donde The Buzzcocks decidió sacar todo su repertorio de grandes hits para el desfase final. La gente de las primeras filas no pudo resistirse y sucumbió al espíritu punk con empellones, empujones, avalanchas contra el escenario… Temas como “Orgasm addcit”, “What do I get?” o “Promises” tiene ese efecto para nada balsámico, sino todo lo contrario, despertadores de fieras.

Así fue la lección de rock y actitud punk que nos dejaron The Buzzcocks en El Sol, un auténtico master en garage y guitarrazos 30 años después de sus primeras clases.



Y sus primos de Nueva York

La noche antes ya habíamos hecho los preliminares. Por la misma sala y a la misma hora se dejaron ver The Fuzztones, los primos hermanos de los Buzzcocks, pero de Nueva York. Nunca llegaron a ser tan grandes como The Ramones pero sin duda el espíritu punk neoyorquino no sería lo mismo sin ellos.

La fama en el punk se la llevaron los Ramones, Sex Pistols y los Buzzcocks, entre otros, mientras que en la segunda línea, peleando por UEFA quedaban grupos como The Fuzztones. Seguro que el llegar un día más tarde a la escena punk influyó en que les costara colocarse entre los equipos de Champions y eso se demostró con una sala El Sol a medio aforo.

Pero sin duda alguna The Fuzztones también son un grupo míticos y lo dieron todo en su visita a Madrid. Aunque vinieron a presentar su último disco, "Horny as hell", sin duda fueron los temas más míticos los que levantaron el ánimo de la audiencia como "Highway 69" y, especialmente, "Cinderella", pedida por el público en los rebises.

Buena semana de conciertos la pasada en El Sol.

[Fotos de The Buzzcocks: Adictosalruido.com y Germany.real.com; Foto de The Fuzztones: Eduardo Tébar]