

The Bröntes se formaron a finales de 1995 y en 1998 se hicieron con el primer premio del concurso nacional Imaginarock con su maqueta “First”. Su debut discográfico data de 1999 y lleva por título “Moontime”.
Yo les conocí cuatro años después, con su segundo largo, “Mary & Jim” (2003). Es un disco de claras raíces rockeras pero que tira mucho hacia el pop, en contraposición, con lo que he leído, a su primer disco, eminentemente rockero. A mí me encantó este disco y luego su puesta en escena.
Su tercer trabajo, “Ways to nowhere”, se publicó en 2007. Fue un parto largo, pues entraron a grabarlo en 2005 con Paco Loco y hasta dos años después no pudo ver la luz. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, y este tercer álbum de los vitorianos, el disco de la madurez, huele a rock por todos los lados, y muy bien que huele.
A mí me entusiasmó y mucho más tras un concierto en Vitoria donde pude verles. Me parece una banda muy grande. Tienen un directo enérgico y son unos músicos extraordinarios. Hay que ver a Raúl con la guitarra. Es todo un espectáculo. Además, es un artista. Toca con una guitarra y un ampli fabricados por él mismo. Desconozco si los pedales que lleva también son “do-it yourself” o no, pero la pedalera en la que los transporta sí.
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