Anvil, sólidos como un yunque
A punto estaba de irme a dormir cuando la televisión digital me brindó uno de esos momentos en los que es casi imposible despegarse del sillón. El motivo, el documental sobre la banda de rock canadiense Anvil. Me quedé con las ganas de verlo cuando se estrenó y afortunadamente he podido quitarme pronto la espina.
Para quien no les conozca (la mayoría, entre los que yo me encontraba hasta saber del documental), son una banda canadiense cuya primera referencia discográfica es de 1981.
Tuvieron sus 15 minutos de fama en esa época pero el hecho de rodearse de gente poco competente y grabar discos en condiciones pésimas les fue relegando al olvido, a pesar de contar con cualidades para haber hecho carrera.
Pero lo llamativo es que, rebasada la cincuentena por parte de sus dos miembros originales, siguen en activo, esperando dar el pelotazo con su nuevo disco y convertirse en estrellas mundiales.
Su modus vivendi, su mánager italiana que les "organiza" una gira por Europa con conciertos ante cuatro gatos (con momentos surrealistas como cuando no les quieren pagar en Praga o un festival junto a bandas locales en Transilvania), sus encuentros con otras estrellas a las que idolatran, sus peleas, las opiniones de sus familiares, su periplo por discográficas intentando publicar un nuevo álbum o, por fin, cuando casi habían tirado la toalla, su momento de gloria nipón, resultan momentos decadentes y enternecedores a partes iguales.
En definitiva, el mundo del rock en estado puro. Muy recomendable.
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