Bailes metafísicos
Metafísica, existencialismo y religión, entre otros conceptos, se dieron la mano este viernes en la sala El Sol con el bailoteo puro y duro. Aunque parezca antagónico, así fue. Por haber, hubo hasta una especie de juramento colectivo (momento al que corresponde la imagen superior) acerca de amar y no recurrir a la violencia y la energía en la que se convertirá cada uno cuando muera.
Los culpables, Jona Bechtolt y Claire L. Evans o, lo que es lo mismo, Yacht. Un dúo electrónico originario de Portland que había publicado tres discos sin demasiada repercusión hasta que dieron con el mismísimo James Murphy de LCD Soundsystem (parece ser que en una fiesta en la que coincidieron), le pasaron una canción y él les fichó de inmediato para su sello.
Dede entonces todo indica que no les va nada mal. Su "See mistery lights" fue uno de los discos de electrónica mejor valorados de 2009, tocarán en numerosos festivales este verano (en España, en el FIB) y andan inmersos en estos días en una gran gira europea que tuvo como segunda escala este escenario madrileño.
No vinieron solos, lo hicieron acompañados por tres músicos bajo el sobrenombre de The Straight Gaze, dando más empaque a las canciones, que tuvieron un calentamiento previo con los teloneros Bobby Birdman (aunque todo quedaba en casa ya que se trataba del proyecto de dos de los Straight Gaze).
Fue un concierto de esos en los que lo visual es casi tan importante como lo que se escucha. Desde el vestuario -los tres músicos de acompañamiento con esmoquin, Jona de blanco y Claire de negro- hasta las coreografías y las proyecciones multimedia que acompañaron toda la noche, con guiños al público en un vídeo acerca de sus lugares de origen y de que lo importante esa noche era estar tocando en Madrid.
En cuanto a lo musical, su propuesta es eminentemente de las que invitan a no estarse quieto. Ritmos de pista de baile, canciones pegadizas y muchas ganas de fiesta es lo que transmiten desde arriba y también abajo, ya que interactuaron en varias ocasiones con el público de las primeras filas.
El mejor momento de la noche fue sin duda el tema que precedió al bis, "Psychic city (Vodoo city)", que hizo que muchos de los asistentes se entregaran a botar con denuedo y que desde ya se convierte en todo un hit para el que suscribe.
En fin, que a pesar de que un viernes noche uno no se espera que le inviten a reflexionar sobre el más allá o el papel que juegan las religiones en las civilizaciones, lo importante es que fue una grata y amena sorpresa descubrir a este grupo. Habrá que ver con quién coinciden en el FIB, porque igual son una propuesta a no perderse este julio por Benicassim.
1 comentario:
Habrá que estar atentos a ellos entonces.
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