lunes, noviembre 03, 2008

Con sabor a despedida


Sin hacer especial mención a su despedida y en el mejor momento de su carrera. Así ha cerrado Xoel López su proyecto Deluxe. Lo que parecía un final de gira sin más ha terminado por convertirse en la última ocasión de contemplar en vivo sus canciones. Si nos atenemos a las informaciones surgidas en los últimos días, emprende nuevo rumbo en lo personal y en lo musical.

Así que lo vivido el pasado miércoles en La Riviera puede considerarse como algo histórico. Un concierto en el cual estuvo precedido por sendas actuaciones de Garret Wall y Aaron Thomas antes de comparecer ante un recinto prácticamente lleno de público.

Fueron casi dos horas de exultante saber hacer sobre las tablas. El arranque parsimonioso con "De tanto callar" dio paso a una primera tanda muy enérgica con "Simone", "No es mi primera vez", "Que no" y "Réquiem (No fui yo)".

"Reconstrucción" fue la primera incursión en su último disco del mismo título, seguida por una de las sorpresas de la noche: la recuperación de la olvidada "Los jóvenes mueren antes de tiempo" (también del álbum homónimo y que no gozaba de muchas revisitaciones en los directos de esta última época de Deluxe).

Las canciones de "Reconstrucción" coparon abrumadoramente los minutos que restaban de concierto. Así sonaron hasta el final "El cielo de Madrid", "Los días fríos", "Paseo en bicicleta por la playa de Riazor" (preguntando antes Xoel si se aceptaban los instrumentales), un acústico "Quemas", el in crescendo de "Es verdad", la contagiosa "Historia universal (El amor no es lo que piensas)", "Pájaros negros" e incluso la canción escondida al final del disco.

Entre medias repasaba también el single "Colillas en el suelo", recuperaba acertadamente "Quemaremos el dinero" de su tercer disco, hacía una acústica "Bienvenido al final", y dejaba también "Ver en la oscuridad" y "Extraña habitación".

Aún hubo un pequeño regalo final con dos canciones en el bis: las elegidas fueron "El amor valiente" y un premonitorio "Adiós corazón". La noche dejó algún detalle más como los bailecitos finales de todos los músicos, el descenso del propio Xoel entre el público durante la última canción para botar entre todos o la sala coreando el ya clásico "oé, oé, oeé, xoeel, xoeel". Espero que, haga lo que haga, este artista vuelva a hacer disfrutar a la gente desde encima de un escenario como hizo esa noche (y cada una en la que le hemos visto a lo largo de la década).

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