Existencialismo positivo
Expectación y lleno como en las mejores ocasiones para ver a Astrud el pasado viernes en la sala El Sol, la primera de dos noches seguidas para presentar su último disco, "Tú no existes", tras su paso por algunos festivales veraniegos.
A eso de las 23:45 hacían su aparición, en formación de cuarteto, y arrancaban con "Por la ventana" después de superar ciertos problemas con el sonido cuya consecuencia más importante fue que el midi de Genís Segarra no sonara en toda la noche "cuando lo había hecho 15 minutos antes".
Pero no se echó en falta. Acto seguido continuaban con "Los novios instantáneos" (del recopilatorio de caras B y rarezas "Algo cambió"), "Paliza", "Tres años harto" (primer vistazo a su disco de debut), "Minusvalía" (enorme en directo, probablemente la mejor canción de su último trabajo) y "Cambio de idea" (de nuevo vuelta al primer disco).
Después llegó un triplete de canciones para el que Genís solicitó que se apagaran todas las luces del escenario "porque quedaban mejor a oscuras": las elegidas para este intermedio en tinieblas fueron "El miedo que tengo", "No tengo miedo" (en esta ocasión sin el falsete a lo tirolés de los últimos tiempos) y "Miedo a la muerte estilo imperio", tres títulos con la palabra miedo como protagonista.
El último tema da pie para destacar una de los aciertos del directo de Astrud: no se limitan a interpretar los temas tal y como están grabados en disco, sino que casi siempre les dan una vuelta más, ya sea en el ritmo, en la melodía o en la instrumentación, y esto siempre es de agradecer.
Vuelta la luz a El Sol, siguieron con el himno "Todo nos parece una mierda", "Caridad" y una acelerada "He vuelto". "Noam Chomsky", la única que se me hizo pesada, y "Todo da lo mismo", cerraron la primera parte del concierto.
Como no podía ser de otra forma, dada la comunión entre público y artistas alcanzada en esos momentos, los de Barcelona regresaron para hacer un bis. Genís solicitó entonces peticiones al público y la ganadora fue "Mentalismo". A continuación tocaron "su favorita", "Me afecta", para acabar con sus dos hits más bailables: "La boda" y, valga la redundancia, "Bailando".
Y fue entonces cuando la luminosidad roja reapareció en El Sol y hubo que emprender escaleras arriba el regreso a la calle con la sensación de haber visto uno de los mejores conciertos de Astrud en mucho tiempo, justo lo que hacía falta para quitarse el mal sabor de boca que habían dejado sus últimos pasos por festivales.
1 comentario:
últimamente les pasa de todo con el sonido, porque siempre tienen problemas.
me alegro que pese a todo estuvieran bien.
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