Metidos de lleno en la canícula veraniega nada mejor que buscar un soplo de aire fresco en los conciertos al aire libre. Y para ello Nueva York ofrece cada año una variada programación apta para todos los gustos y bolsillos.
Uno de los ciclos con mayor arraigue es el River to River Festival, que da la oportunidad durante casi un mes de asistir a espectáculos repartidos por escenarios de Manhattan ubicados entre (como su nombre indica) el Hudson River y el East River.
A punto de terminar el mes de junio, la cita que en esta ocasión remitimos se ha desarrollado en la orilla este, concretamente en el Pier 17 (un muelle copado por un destartalado centro comercial y bares de combinados donde se reúne un personal digno de salir en Jersey Shore).
A pesar del poco tirón indie del contexto (aunque para ser justos, el lugar ofrece también una interesante perspectiva de los puentes de Manhattan y Brooklyn), dos prometedoras bandas han presentado candidatura para entrar en el catálogo que todo buen aficionado a la música debería conocer.
Venidos desde Michigan, los primeros en comparecer han sido The People's Temple. Dos parejas de hermanos que han demostrado profesar veneración a partes iguales por el rock garajero y las guitarras a lo shoegazing con un punto de psicodelia incorporado.
He aquí un ejemplo de esta amalgama de sonidos e influencias. Potencia desde luego no les falta.
Pero lo mejor estaba por llegar, de la mano de los londinenses Veronica Falls. Este cuarteto mixto que combina dulzura y juegos de voces con letras agoreras y algo lúgubres (algo así como la versión más oscura de Camera Obscura, valga el juego de palabras). Con un único y homónimo disco en el mercado, aprovecharon para presentar lo mejor de este trabajo, destacando en la primera tanda de canciones "Bad feeling" (con un riff inicial de guitarra en el que por momentos parece que van a arrancar con el "Paint in black" de los Rolling), "Stephen" o "Beachy head" (y sus coros fantasmagóricos), aquí durante la interpretación en directo.
Además de atacar su repertorio (y ya que de paso se rendía visita a tierras americanas), se sacaron de la manga una versión del magnífico tema "Starry eyes", cuyo autor es el artista texano Roky Erickson (fundador de 13th Floor Elevators), con este delicioso resultado.
Para dar carpetazo al concierto (aunque momentáneo, ya que gratificaron a los presentes con un bis que incluyó dos temas más) eligieron "Come on over" (incluido el preámbulo instrumental a menos revoluciones). Temazo.
Si en lo climatológico la noche fue bochornosa y muy húmeda (a estas condiciones achacaron Veronica Falls los continuos ajustes que tuvieron que hacer en sus guitarras, más acostumbradas a los fríos sótanos londinenses que a estos valores), en lo musical supuso todo un soplo de aire fresco. Viene bien de vez en cuando para despejar la mediocridad.
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