Incendios de nieve


La primera vez que tuvimos noticias del tinerfeño Jaír Ramírez fue como Alex Kid en el país de las tormentas, antes de que el proyecto transmutara en el actual Pumuky. Después llegó el primer disco y la posibilidad de conocerle una tarde en la radio, donde venció la insularidad y la timidez para dejarnos alguna canción en acústico y corroborar que su música desprende algo especial, algo que también estuvo presente durante su actuación en el Neu! Club.

Eso fue después de sumergirnos por unos momentos en la experimentación y psicodelia de Gaf y la Estrella de la Muerte, que ejercieron de teloneros y algo más durante la noche, ya que varios de sus miembros forman parte también de la formación de Pumuky, que incluía hasta tres guitarras en algunos de los momentos, dos baterías y trompeta en otros temas.

Todos ellos abrieron instrumentalmente la velada para a continuación rescatar uno de sus primeros temas, "Vértigo ante la posibilidad inminente de ser feliz", remozado y mejorado. A partir de ahí la noche se centró sobre todo en presentar "El bosque en llamas", su segundo disco y con el que ha llegado el salto al comenzar a ser tenido en cuenta por crítica (aparece entre los mejores de 2009 en varias publicaciones) y público (en la sala Galileo había una más que aceptable entrada).

Y es que Jaír ha firmado un disco con algunas de las canciones más intensas y emocionantes escuchadas por estos lares en los últimos tiempos. En directo sobresalieron la triste y romántica "Si desaparezco", la sorprendente "El eléctrico romance" y ese pequeño éxito apoyado por videoclip que es "Los enamorados". Sólo algunos instantes de más a la hora de afinar entre canción y canción cortaron en algún momento el ritmo.

Para el final, dejaron un bis con vistazo de nuevo al pasado protagonizado por un "Dummies in love" en el que Jaír desplegó además recursos para jugar con su propia voz en forma de 'loop'. Fue el cierre redondo para un concierto de esos que te tocan la fibra en varios momentos. Y en el que Pumuky se reinvindicaron para mirar hacia cotas más altas, una vez superados todos los complejos.